Salmos 53 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 6 versitos |
1 Del director; al mahalat. Maskil, de David.

Dice el necio en su interior: Dios no existe. Corruptos, abominables en sus obras, no hay quien haga el bien.
2 Dios observa desde el cielo los hijos de los hombres, para ver si hay quien comprenda, quien pregunte por Dios.
3 Todos van desviados, conjuntamente corrompidos: no hay quien haga el bien, no hay uno siquiera.
4 ¿Es que no saben comprenderlos obreros del mal, que devoran a mi pueblo como quien come pan, y no invocan a Dios?
5 Allá se hallan temblando de terror, y no había terror, pues dispersa Dios los huesos de quienes de él reniegan. Tú les causas vergüenza, pues Dios los aborrece.
6 ¡Quién dará desde Sión la victoria a Israel! Cuando el Señor restaure la suerte de su pueblo, Jacob se gozará, se alegrará Israel.

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Introducción a Salmos

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas