| 1 Macabeo y los suyos, bajo la guía del Señor, recuperaron el templo y la ciudad; |
| 2 demolieron los altares construidos por los paganos en las plazas públicas, así como los recintos sagrados; |
| 3 y después de haber purificado el templo, hicieron otro altar. Luego sacaron fuego de pedernales y después de dos años de interrupción ofrecieron sacrificios. Dispusieron el incienso, las lámparas y los panes de la presencia. |
| 4 Hecho esto, postrados en tierra, suplicaron al Señor que nunca más los dejara caer en tales desgracias; y que, si alguna vez pecaban, los castigara con blandura y no los entregara a naciones blasfemas y bárbaras. |
| 5 La purificación del templo tuvo lugar exactamente el mismo día en que el templo había sido profanado por los paganos |
| 6 Celebraron con regocijo la fiesta por ocho días, al estilo de la de las Tiendas, recordando cómo poco tiempo antes, durante esta fiesta de las Tiendas, habían morado en los montes y en las cavernas a modo de fieras. |
| 7 Por lo cual, llevando en las manos tirsos, ramas verdes y también palmas, entonaban himnos a aquel que había tenido a bien que fuera purificado su lugar. |
| 8 Por decisión y voto públicos, decretaron que toda la nación de los judíos celebrara cada año tales días de fiesta. |
| 9 Así tuvieron fin los sucesos referentes a la muerte de Antíoco, llamado Epífanes. |
| 10 Hablaremos ahora de los sucesos referentes a Antíoco Eupátor, hijo de aquel impío, resumiendo las desgracias derivadas de las guerras. |
| 11 Éste, pues, una vez recibido el reino, designó para llevar sus asuntos a un tal Lisias, general en jefe de Celesiria y de Fenicia. |
| 12 Tolomeo, llamado Macrón, que fue el primero en guardar la justicia para con los judíos, intentaba, en atención a las injusticias contra ellos cometidas, arreglar pacíficamente los asuntos que les afectaban. |
| 13 Esto motivó que fuera acusado ante Eupátor por los amigos del rey, y a cada instante oía que lo llamaban traidor, porque había abandonado Chipre, que Filométor le había confiado, y se había pasado a Antíoco Epífanes. Como no lograba rehabilitarse dignamente en su cargo, se envenenó y así se quitó la vida. |
| 14 Gorgias, nombrado general de estas regiones, mantenía tropas mercenarias y en todo momento fomentaba la guerra contra los judíos. |
| 15 Al mismo tiempo, los idumeos, dueños de fortalezas importantes, hostigaban a los judíos y procuraban avivar la guerra dando acogida a los que huían de Jerusalén. |
| 16 Los que estaban con el Macabeo, después de hacer una súplica y de pedir a Dios que se hiciera aliado suyo en la batalla, se lanzaron contra las fortalezas de los idumeos, |
| 17 las tomaron al asalto con valor, se apoderaron de aquellos lugares, rechazaron a todos los que combatían sobre la muralla, degollaron a los que cayeron en sus manos y dieron muerte a no menos de veinte mil hombres. |
| 18 Al menos nueve mil se refugiaron en dos torres muy bien fortificadas, provistas de todo lo necesario para resistir un asedio. |
| 19 El Macabeo dejó a Simón, a José y a Zaqueo con suficiente número de tropas para mantener el asedio, y se dirigió a los lugares donde había más urgencia. |
| 20 Pero los de Simón, llevados de la codicia, se dejaron sobornar por algunos de los que estaban en las torres y, a cambio de setenta mil dracmas, dejaron escapar a algunos. |
| 21 Cuando recibió el Macabeo la noticia de lo sucedido, reunió a los jefes de las tropas y acusó a aquellos hombres de haber vendido a sus hermanos por dinero, al dejar escapar a los que luchaban contra ellos. |
| 22 Hizo matar a estos hombres que se habían convertido en traidores y se apoderó en seguida de las dos torres. |
| 23 Llevado todo a feliz término con las armas en la mano, mató en las dos fortalezas a más de veinte mil hombres. |
| 24 Timoteo, ya antes derrotado por los judíos, reunió numerosísimas tropas de mercenarios y, agrupando no poca caballería venida de Asia, llegó con el propósito de conquistar Judea por las armas. |
| 25 Según se acercaba, los del Macabeo, en actitud de súplica a Dios, cubriéndose de tierra la cabeza y ciñéndose de sayal la cintura, |
| 26 se postraron al pie del altar, y pedían a Dios que les fuera propicio, que se mostrara enemigo de sus enemigos y que se opusieran a los que se les oponían, como lo declara la ley. |
| 27 Terminada la oración, empuñaron las armas y caminaron un buen trecho fuera de la ciudad. Luego, ante la proximidad del enemigo, se detuvieron. |
| 28 Muy de madrugada, ambos bandos vinieron a las manos |
| 29 En lo más duro de la batalla, se aparecieron a los enemigos cinco personajes resplandecientes, que venían del cielo, sobre caballos con frenos de oro, que se pusieron a la cabeza de los judíos. |
| 30 Tomando al Macabeo en medio y protegiéndolo con sus armaduras, lo hacían invulnerable, al tiempo que arrojaban flechas y rayos contra los adversarios, por lo que, heridos de ceguera, se dispersaron llenos de espanto. |
| 31 Perecieron veinte mil quinientos infantes y seiscientos jinetes. |
| 32 El mismo Timoteo se refugió en una plaza fuerte, llamada Guézer, ciudadela importante, al mando de Quereas. |
| 33 Los del Macabeo cercaron animosos la fortaleza durante cuatro días. |
| 34 Los de dentro, confiando en la solidez del lugar, blasfemaban atrozmente y proferían palabras impías. |
| 35 Al amanecer del quinto día, veinte jóvenes de los del Macabeo, encendidos en furor por aquellas blasfemias, se arrojaron valerosamente contra la muralla e hirieron con salvaje bravura a todo el que caía en sus manos. |
| 36 Otros subieron igualmente en medio del desorden contra los asediados, prendieron fuego a las torres y encendiendo hogueras quemaron vivos a los blasfemos. Y otros, en fin, derribaron las puertas, abrieron paso al resto del ejército y se apoderaron de la ciudad. |
| 37 Degollaron a Timoteo, que se había escondido en una cisterna, a su hermano Quereas y a Apolófanes. |
| 38 Llevada a cabo esta hazaña, bendijeron con himnos y cánticos de acción de gracias al Señor, que tan magníficamente había favorecido a Israel y le había dado la victoria. |