Genesis 26 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 35 versitos |
1 Hubo hambre en aquella tierra, distinta del hambre primera que sobrevino en los días de Abraham; y fue Isaac a Guerar, a Abimélek, rey de los filisteos,
2 pues Yahvéh se le había aparecido y le había dicho: No bajes a Egipto.
3 Quédate en el país que yo te indico. Mora como extranjero en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré; pues a ti y a tu posteridad he de dar todas estas tierras, manteniendo el juramento que hice a Abraham, tu padre.
4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos, y daré a tu posteridad todas estas tierras. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra,
5 por haber escuchado Abraham mi voz y haber guardado mis mandatos, mis preceptos y mis leyes.
6 Y habitó Isaac en Guerar.
7 Los hombres del lugar le preguntaban por su mujer, y él respondía: Es mi hermana, por miedo de decir: Es mi mujer; pues se decía: Temo que los hombres del lugar me maten por causa de Rebeca, porque es de buen parecer.
8 Llevaba ya Isaac largo tiempo allí, cuando un día Abimélek, rey de los filisteos, se asomó a la ventana y vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer.
9 Llamó Abimélek a Isaac, y le dijo: Seguramente que es tu esposa. ¿Por qué, pues, dijiste: Es mi hermana? Respondióle Isaac: Porque me dije: No vaya yo a morir por causa de ella.
10 Respondió Abimélek: ¿Qué es lo que nos has hecho? A lo mejor alguno del pueblo hubiera podido acostarse con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros un delito.
11 Dio Abimélek esta orden a todo el pueblo: El que toque a este hombre o a su mujer, ciertamente morirá.
12 Sembró Isaac en aquel país, y recogió aquel año ciento por uno. Yahvéh lo bendijo,
13 y el hombre prosperó y fue medrando cada vez más, hasta hacerse muy poderoso.
14 Poseía rebaños de ganado menor y mayor, y numerosa servidumbre; y los filisteos empezaron a tenerle envidia.
15 Todos los pozos que habían cavado los siervos de su padre, en los días de Abraham, los cegaron los filisteos y los llenaron de tierra.
16 Dijo Abimélek a Isaac: Aléjate de aquí porque has llegado a ser mucho más poderoso que nosotros.
17 Se fue de allí Isaac, acampó en el torrente de Guerar, y habitó allí.
18 Volvió Isaac a cavar los pozos de agua que se habían excavado en los días de su padre Abraham y que cegaron los filisteos después de la muerte de éste, y les dio los mismos nombres que les había dado su padre.
19 Cavaron los siervos de Isaac en el torrente, y alumbraron allí un pozo de aguas vivas,
20 pero los pastores de Guerar disputaron con los de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Y llamó al pozo Éseq, porque habían reñido por él.
21 Cavaron otro pozo, y riñeron también por él, y le puso por nombre Sitná.
22 Se alejó de allí y abrió otro pozo, por el cual no hubo ya riñas, y le llamó Rejobot, diciendo: Ahora Yahvéh nos ha dado espacio libre, y prosperaremos en esta tierra.
23 De allí subió Isaac a Beerseba.
24 Yahvéh se le apareció aquella noche y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, tu padre. No temas, que yo estoy contigo. Te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por causa de Abraham, mi siervo.
25 Isaac construyó allí un altar e invocó el nombre de Yahvéh. Allí plantó su tienda, y allí abrieron sus siervos un pozo.
26 Abimélek vino a él desde Guerar, con Ajuzat, Merú, amigo suyo, y Pikol, jefe de su ejército.
27 Les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí vosotros, que me odiáis, y me echasteis de entre vosotros? '
28 Respondieron ellos: Hemos visto claramente que Yahvéh está contigo y hemos acordado que haya un juramento entre nosotros y tú, y que concluyamos contigo una alianza.
29 Tú no nos harás ningún mal, así como nosotros no te hemos tocado, haciéndote solamente bien y dejándote partir en paz. Tú eres ahora el bendecido de Yahvéh.
30 Entonces él les preparó un banquete, y comieron y bebieron.
31 Se levantaron de madrugada y mutuamente se prestaron juramentos; Isaac los despidió y ellos se alejaron de él en paz.
32 En aquel mismo día llegaron los criados de Isaac y le informaron acerca del pozo que habían cavado, diciéndole: Hemos hallado agua.
33 Y él lo llamó Sibeá; por eso el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta el día de hoy.
34 Cuando Esaú tenía cuarenta años tomó por mujeres a Judit, hija de Beerí, el hittita, a Basmat, hija de Elón, el hittita,
35 que fueron amargura de espíritu para Isaac y Rebeca.

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Introducción a Genesis

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas