Jueces 15 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 20 versitos |
1 Algún tiempo después, en los días de la siega del trigo, fue Sansón a visitar a su esposa, y le llevó un cabrito. Dijo entonces: Quiero entrar con mi esposa en la cámara nupcial. Pero el padre, de ésta no se lo permitió,
2 diciéndole: Pensaba que le habías tomado odio, y se la di a tu compañero; pero ¿no es su hermana menor más hermosa que ella? Que sea para ti en su lugar.
3 Y Sansón les declaró: Esta vez, yo soy inocente ante los filisteos si les causo algún daño.
4 Se fue Sansón y capturó trescientas zorras y tomó también teas. Y al atar las zorras cola con cola, puso en medio, entre cada dos colas, una tea.
5 Prendió luego fuego a las teas, y soltó las zorras por las mieses de los filisteos, y así incendió gavillas, hacinas, viñedos y olivares.
6 Dijeron entonces los filisteos: ¿Quién ha hecho esto? Y les respondieron: Ha sido Sansón, el yerno del timnita, porque éste le quitó a su mujer y se la dio a su compañero. Subieron luego los filisteos, y prendieron fuego a ella y a su padre.
7 Díjoles entonces Sansón: Por haber hecho eso, no he de parar hasta haberme vengado de vosotros.
8 Y les tundió piernas y muslos causándoles un gran estrago. Después bajó a residir en una quebrada de la peña de Etam.
9 Subieron entonces los filisteos y acamparon contra Judá, e hicieron una incursión hasta Lejí.
10 Los de Judá les preguntaron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Ellos respondieron: Hemos subido para prender a Sansón y tratarle como él nos ha tratado.
11 Bajaron entonces tres mil hombres de Judá hacia la quebrada de la peña de Etam y dijeron a Sansón: ¿No sabes que los filisteos nos dominan? ¿Qué es lo que has hecho con nosotros? Él les contestó: Yo les he tratado como ellos me han tratado a mí.
12 Dijéronle ellos: Hemos bajado para atarte, y así entregarte en manos de los filisteos. Él les replicó: Juradme que vosotros no me vais a matar.
13 Ellos le respondieron: De ningún modo; sólo te ataremos y te entregaremos en sus manos. Pero matarte, no te mataremos. Lo ataron, pues, con dos cordeles nuevos y le hicieron subir de entre la roca.
14 Cuando llegaba a Lejí, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero entonces lo invadió el espíritu de Yahvéh y los cordeles con que tenía atados los brazos fueron como hilos de lino consumidos por el fuego, de modo que las ligaduras se deshicieron entre sus manos.
15 Y como encontró una quijada de asno toda fresca, alargó la mano, la tomó y con ella hirió a mil hombres.
16 Sansón exclamó entonces: Con una quijada de asno bien los he golpeado, con una quijada de rocín he batido a mil hombres.
17 Dicho esto, arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar RamatLejí.
18 Sintió luego mucha sed, por lo que invocó a Yahvéh diciendo: Tú has concedido a tu siervo esta gran victoria; pero ahora ¿voy a morir de sed, y a caer en manos de los incircuncisos?
19 Entonces Dios hendió la cavidad que hay en Lejí, y de ella brotó agua. Bebió, recuperó el espíritu y se reanimó. Por eso se le puso el nombre de EnhaQoré, que existe hasta el día de hoy en Lejí.
20 Fue juez de Israel en tiempo de los filisteos durante veinte años.

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Introducción a Jueces

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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