Numeros  14 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 45 versitos |
1 Entonces toda la comunidad levantó su voz y rompió a gritar; y el pueblo pasó la noche lamentándose.
2 Todos los hijos de Israel murmuraron contra Moisés y Aarón; y la comunidad entera les dijo: ¡Ah, si hubiéramos muerto en tierra de Egipto, o muriéramos al menos en este desierto!
3 ¿Por qué Yahvéh nos quiere llevar a esa tierra, para que caigamos a espada, y que nuestras mujeres y nuestros pequeños formen parte del botín? ¿No sería mejor para nosotros volver a Egipto?
4 Y se decían unos a otros: ¡Elijamos un jefe y volvamos a Egipto!
5 Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra delante de toda la comunidad de los hijos de Israel.
6 Pero, Josué, hijo de Nun, y Kaleb, hijo de Yefunné, de entre los que habían explorado el país, rasgaron sus vestidos,
7 y hablaron a toda la comunidad de los hijos de Israel, diciéndole: La tierra que hemos explorado como espías es extraordinariamente buena.
8 Si Yahvéh nos es favorable, él nos conducirá a esa tierra y nos la entregará; es tierra que mana leche y miel.
9 Pero no os rebeléis contra Yahvéh ni tengáis miedo de la gente del país, porque será para nosotros pan comido. La sombra que los protegía se ha alejado de ellos, mientras que Yahvéh está con nosotros. No los temáis. '
10 Cuando toda la comunidad trataba de lapidarlos, apareció la gloria de Yahvéh a la vista de todos los hijos de Israel en la tienda de la reunión.
11 Y Yahvéh dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me va a menospreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo va a desconfiar de mí, a pesar de todos los prodigios que he obrado en medio de ellos?
12 Voy a herirlo de peste y a destruirlo; en cambio, haré de ti una nación más grande y poderosa que él.
13 Respondió Moisés a Yahvéh: Los egipcios se han enterado de que, por tu poder, has sacado a este pueblo de su país,
14 y así se lo han dicho a los habitantes de esa tierra. Han sabido que tú, Yahvéh, estás en medio de este pueblo, al que te manifiestas cara a cara; que tú eres Yahvéh, cuya nube se posa encima de ellos; que tú vas delante de ellos, de día en columna de nube y de noche en columna de fuego.
15 ¡ Y que tú ahora hagas morir a este pueblo como a un solo hombre! Las naciones que han oído hablar de ti, se dirán:
16 Por no haber podido Yahvéh conducir a ese pueblo a la tierra que les había prometido con juramento, los ha aniquilado en el desierto.
17 Ahora, Señor mío, despliega tu poder en toda su grandeza, tal como lo prometiste al decir:
18 Yahvéh es tardo a la ira y rico en misericordia; soporta la falta y la transgresión, aunque no la deja impune, sino que castiga la falta de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
19 Perdona, pues, el pecado de este pueblo, según la grandeza de tu misericordia, como lo has soportado desde Egipto hasta aquí. '
20 Dijo entonces Yahvéh: Lo perdono, según me lo suplicas.
21 Pero vivo yo y la gloria de Yahvéh llena toda la tierra;
22 que de todos estos hombres que han visto mi gloria y mis prodigios, los que hice en Egipto y en el desierto, y que me han tentado ya diez veces y no han escuchado mi voz, '
23 ninguno verá la tierra que prometí con juramento a sus padres; ninguno de los que me han menospreciado ha de verla.
24 Sin embargo, a mi siervo Kaleb, por tener él otro espíritu y haberse mantenido fiel a mí, yo lo haré entrar en la tierra donde ha estado ya, y su descendencia la poseerá.
25 Y puesto que los amalequitas y los cananeos habitan en la llanura, mañana os volveréis y os dirigiréis hacia el desierto, camino del mar de los Juncos.
26 Habló Yahvéh a Moisés y a Aarón, diciéndoles:
27 ¿Hasta cuándo esta comunidad perversa, estas gentes, estarán murmurando contra mí? He escuchado esas murmuraciones que contra mí profieren los hijos de Israel.
28 Diles: Vivo yo -oráculo de Yahvéh -, que os trataré según las mismas palabras que habéis hablado a mis oídos.
29 Vuestros cadáveres quedarán tendidos en este desierto; y de todos vosotros, los inscritos en el censo, los que fuisteis contados de veinte años para arriba, y que habéis murmurado contra mí,
30 ninguno entrará en la tierra que, con la mano en alto, juré daros por morada, a excepción de Kaleb, hijo de Yefunné, y de Josué, hijo de Nun.
31 Pero a vuestros pequeñuelos, de los que habéis dicho que servirían de botín, yo les haré entrar, y ellos conocerán el país que vosotros habéis despreciado.
32 Cuanto a vosotros, en este desierto quedarán tendidos vuestros cadáveres;
33 y vuestros hijos andarán como pastores por el desierto durante cuarenta años, y cargarán con el peso de vuestras infidelidades, hasta que vuestros cadáveres desaparezcan en el desierto.
34 Cuantos fueron los días que empleasteis en explorar el país, cuarenta días, tantos serán los años que cargaréis con el peso de vuestras iniquidades: cuarenta años, un año por día. Así experimentaréis lo que es apartarse de mí.
35 Yo, Yahvéh, yo lo he dicho. ¿Acaso no procederé yo así contra toda esta comunidad perversa que se ha coaligado contra mí? En este desierto desaparecerán y aquí han de morir.
36 Los hombres que Moisés había enviado a reconocer el país y que, a su regreso por haber desacreditado aquella tierra, habían hecho murmurar contra él a toda la comunidad,
37 aquellos que habían hablado mal de aquella tierra, cayeron heridos de muerte por manos de Yahvéh.
38 De los que habían ido a explorar la tierra sólo quedaron con vida Josué, hijo de Nun, y Kaleb, hijo de Yefunné.
39 Moisés refirió todo esto a los hijos de Israel, y el pueblo se dolió mucho.
40 Levantáronse muy de mañana y subieron a la cumbre de la montaña, diciendo: Henos aquí dispuestos a subir al lugar del que ha hablado Yahvéh ; pues hemos pecado.
41 Pero Moisés respondió: ¿Por qué vais a contra-venir la orden de Yahvéh? Eso no puede acabar bien.
42 No subáis, porque Yahvéh no está ya en medio de vosotros; no os expongáis a los ataques de vuestros enemigos.
43 Porque los amalequitas y los cananeos están ahí, ante vosotros, y caeréis a espada, porque os habéis apartado de Yahvéh, y Yahvéh no estará ya más con vosotros.
44 Ellos, sin embargo, se obstinaron en subir a la cumbre de la montaña; pero ni el arca de la alianza de Yahvéh ni Moisés se movieron de en medio del campamento.
45 Los amalequitas y los cananeos que habitaban en aquella montaña, bajaron, los derrotaron y les hicieron huir a la desbandada hasta Jormá.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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