Eclesiástico 39 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 35 versitos |
1 Distinto es el hombre que aplica su alma a meditar en la ley del Altísimo. Investiga la sabiduría de todos los antiguos, y dedica sus ocios a las profecías.
2 Estudia los discursos de los varones ilustres, y penetra en lo intrincado de las parábolas.
3 Investiga los secretos de los proverbios, y de los enigmas de las parábolas se ocupa.
4 Presta servicio en medio de los grandes, y aparece en presencia de los jefes; recorre países extranjeros, y adquiere experiencia de lo bueno y lo malo entre los hombres.
5 Al alba, dirige su corazón al Señor que lo hizo; suplica en presencia del Altísimo, despliega sus labios en plegarias, y por sus pecados suplica.
6 Y si el Señor, el grande, lo quiere, le llenará del espíritu de inteligencia, le hará derramar sabias palabras y en la oración dará gracias al Señor.
7 Dios dirigirá su intención y su ciencia, y él meditará en los secretos divinos.
8 Hará brillar la instrucción de su doctrina, y se gloriará en la ley de la alianza del Señor.
9 Muchos alabarán su inteligencia, que jamás será olvidada. No desaparecerá su memoria, y su nombre vivirá de generación en generación.
10 Las naciones contarán su sabiduría, y la asamblea pregonará su alabanza.
11 Mientras viva, su nombre será glorioso entre mil; y cuando entre en el reposo, esto le bastará.
12 He meditado más cosas y voy a exponerlas, pues estoy lleno como luna en plenilunio.
13 Escuchadme, hijos piadosos, y floreced como rosal que brota junto a la corriente del agua.
14 Derramad como incienso suave perfume, y echad flores como el lirio. Exhalad perfume y cantad el cántico; bendecid al Señor por todas sus obras.
15 Enalteced su nombre, aclamadlo en su alabanza, con cánticos de los labios y con arpas. Y así diréis al aclamarlo:
16 "Las obras del Señor son todas excelentes, y toda orden se ejecutará a su tiempo". No hay por qué decir: "¿Qué es esto? ¿Para qué es aquello?". Pues cada cosa se analizará en su momento.
17 A una palabra se juntó el agua como una masa, por una palabra suya se formaron los depósitos de las aguas.
18 A una orden suya se ejecuta cuanto le place; no hay quien pueda impedir su salvación.
19 Todas las obras de los hombres están ante Él; no hay cosa que se oculte a sus ojos.
20 Su mirada se extiende de eternidad a eternidad; y no hay nada que pueda sorprenderle.
21 No hay por qué decir: "¿Qué es esto? ¿Para qué es aquello?". Pues todas las cosas fueron creadas con un fin.
22 Su bendición se desbordó como r o, y como diluvio embriagó la tierra.
23 Así las naciones tendrán por herencia su cólera, como cuando cambió las aguas en salinas.
24 Sus caminos son rectos para los santos, pero son piedras de tropiezo para los sin ley.
25 Desde el principio creó bienes para los buenos, y males para los pecadores.
26 Son esenciales para la vida humana agua y fuego, hierro y sal; flor de harina de trigo y leche y miel; vino, aceite y vestido.
27 Todo esto son bienes para los piadosos; para los pecadores se convierten en mal.
28 Hay vientos creados para castigo, y en su furor descargan fuertes azotes. En el último instante desplegarán su poder; y se agotará el furor del que los hizo.
29 Fuego, granizo, hambre y muerte: todo esto fue creado para castigo;
30 dientes de fieras, escorpiones y víboras, y espada vengadora, para destrucción de los impíos.
31 A su mandato se regocijarán, y sobre la tierra están prontos a su servicio; llegado el momento, no traspasan su palabra.
32 Por esto desde el principio estoy convencido, he meditado y dejado por escrito:
33 las obras del Señor son todas buenas; responden a toda necesidad a su debido tiempo.
34 Y no hay por qué decir: "Esto es peor que aquello, porque cada cosa es útil a su tiempo".
35 Y ahora con todo el corazón y a plena boca cantad himnos y bendecid el nombre del Señor.

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Introducción a Eclesiástico

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas