Salmos 4 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 8 versitos |
1 Del director; con instrumentos de cuerda. Salmo, de David.

Al invocarte atiéndeme, oh Dios, mi liberador. Tú eres quien me alivia en las angustias: apiádate y escucha mi plegaria.
2 ¿Hasta cuándo, hijos de hombre, mi honor es deshonor; vuestro amor, de lo vacío; vuestra búsqueda, de engaño? Selah
3 Sabed que el Señor distingue a sus amados, que él me escucha al invocarle.
4 Temblad y no pequéis, meditad en vuestros lechos en silencio; Selah
5 ofreced ofrendas justas y confiad en el Señor.
6 Muchos son los que dicen: ¿Quién nos dará a ver fortuna? Levanta, tú, Señor, ante nosotros la luz de tu presencia.
7 Tú produces en mí más alegría que la suya, cuando abundan en su trigo y en su mosto.
8 En paz, todo a un tiempo, yo me acuesto y me duermo, porque tú, Señor, me aposentas aparte y en seguro.

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Introducción a Salmos

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas