Isaías 31 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 9 versitos |
1 ¡Ay de los que bajan a Egipto por ayuda y buscan apoyo en su caballería! Confían en los carros, que son muchos; en los jinetes, que son muy numerosos, y no miran al Santo de Israel, a Yahvéh no consultan.
2 También él es sabio para traer desgracias, y no ha retractado sus palabras. Se alzará contra la casa de los malvados, contra la ayuda de los malhechores.
3 El egipcio es un hombre y no un dios; sus caballos son carne y no espíritu. Cuando Yahvéh extienda su mano, tropezará el ayudador, caerá el ayudado, y todos ellos a la vez perecerán.
4 Así me ha dicho Yahvéh: Como ruge el león o el cachorro por su presa, cuando contra él se da cita una turba de pastores, y a sus voces no se asusta ni cede ante su multitud, así bajará Yahvéh Sebaot a guerrear sobre el monte Sión y sobre su collado.
5 Como aves voladoras, así cobijará Yahvéh Sebaot a Jerusalén; la cobijará y la salvará, la perdonará y la librará.
6 Volved a aquel contra quien tan profundamente os habéis rebelado, hijos de Israel.
7 Que aquel día todos rechazarán sus dioses de plata y sus dioses de oro, que os hicieron vuestras manos con pecado.
8 Asiria caerá a espada no humana, espada no humana la devorará. Y si se escapan del filo de la espada sus jóvenes, serán esclavizados.
9 Su roca pasará por el terror, y sus jefes, temblando, abandonarán su estandarte. Oráculo de Yahvéh, que tiene un hogar en Sión, y un horno en Jerusalén.

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Introducción a Isaías

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas