Job  20 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 29 versitos |
1 Sofar de Naamat tomó la palabra y dijo:
2 Mis pensamientos me impulsan a responder; por eso me muestro impaciente.
3 He oído un reproche insultante, y mi espíritu me apremia a replicar.
4 ¿No sabes tú que, desde siempre, desde que hay hombres en la tierra,
5 es breve la alegría del malvado y que sólo un instante dura el gozo del perverso?
6 Aunque su arrogancia suba a los cielos y su cabeza toque las nubes,
7 él, como un espectro, se disipa para siempre, y quienes lo vieron preguntan: ¿dónde está?
8 Pasa como sueño inalcanzable, desaparece como visión nocturna.
9 Los ojos que lo contemplaban, ya no lo ven más; el lugar donde estaba, ya no lo perciben.
10 Sus hijos tendrán que indemnizar a los pobres, las manos de éstos restituirán sus bienes.
11 Sus huesos, antes llenos de vigor juvenil, yacen con él en el polvo.
12 Si el mal es dulce para su boca, si bajo la lengua lo esconde,
13 si lo saborea y no lo traga, si lo retiene en medio del paladar,
14 luego ese manjar se corrompe en sus entrañas, se le hace en el cuerpo veneno de áspid.
15 Devuelve la riqueza que tragó; Dios se la hace vomitar.
16 Chupaba veneno de áspid: lengua de víbora le da la muerte.
17 Ya no verá los ríos de aceite, los torrentes de miel y de leche.
18 Restituye las ganancias sin probarlas, no llega a disfrutar su comercio.
19 Porque oprimió con violencia a los pobres, saqueó la casa en vez de construirla;
20 porque no conoció saciedad en su vientre, no pudo sustraerse a su deseo;
21 porque nadie escapaba a su voracidad, por eso su dicha no durará.
22 En plena abundancia padece estrechez, le sobrevienen miserias sin cuento.
23 Cuando está llenando su vientre, Dios le arroja el ardor de su ira, le cubre la carne con lluvia de flechas.
24 Si escapa al arma de hierro, lo traspasa el arco de bronce.
25 Una flecha le sale por la espalda, una hoja reluciente por el hígado. Caen sobre él mil terrores,
26 todas las tinieblas le están reservadas. Un fuego que nadie encendió lo consume y devasta cuanto hay en su tienda.
27 Los cielos descubren su maldad y la tierra se levanta contra él.
28 Una inundación arrasa su morada: remolinos de agua, en el día de la cólera.
29 Tal es la suerte que da Dios al malvado, la herencia que Dios le reserva.

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Introducción a Job 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas