Exodo  18 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 27 versitos |
1 Yetró, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, oyó todo lo que había hecho Dios en favor de Moisés y de Israel, su pueblo, cuando Yahvéh hizo salir a Israel de Egipto.
2 Yetró, suegro de Moisés, había recibido a Séfora, mujer de Moisés, después que ella había sido despedida,
3 y a sus dos hijos, de los cuales uno llamábase Guersom, porque Moisés había dicho: Soy forastero en tierra extranjera,
4 y el otro Eliezer, porque el Dios de mi padre vino en mi ayuda y me libró de la espada del Faraón.
5 Yetró, suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de éste, fue a ver a Moisés al desierto en el cual acampaba, a la montaña de Dios,
6 y dijo a Moisés: Yo, Yetró, tu suegro, vengo a ti con tu mujer y con sus dos hijos.
7 Salió Moisés al encuentro de su suegro, se postró y lo besó, y después de preguntarse uno a otro por su salud, entraron en la tienda.
8 Moisés contó a su suegro todo lo que Yahvéh había hecho al Faraón y a los egipcios en favor de Israel; todas las dificultades que habían encontrado a lo largo del camino, y cómo Yahvéh los había librado de ellas.
9 Yetró se alegró de todo el bien que Yahvéh había hecho a Israel, librándole de la mano de Egipto.
10 »Dijo entonces Yetró: ¡Bendito sea Yahvéh, que os libró de la mano de los egipcios y de la mano del Faraón, y salvó al pueblo de la opresión de los egipcios!
11 Ahora reconozco que Yahvéh es más grande que todos los dioses, pues así se ha mostrado en el preciso momento en que se tiranizaba a los suyos.
12 Después Yetró, suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a Dios. Vino Aarón, y con él todos los ancianos de Israel, para tomar parte en la comida con el suegro de Moisés en presencia de Dios.
13 Al día siguiente, se sentó Moisés para juzgar al pueblo; y el pueblo permaneció de pie ante Moisés desde la mañana hasta la tarde.
14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que éste hacía por el pueblo, le dijo: ¿Cómo haces eso por el pueblo? ¿Por qué te pones a juzgar tú solo, mientras que el pueblo se agolpa entorno tuyo desde la mañana hasta la tarde?
15 Moisés respondió a su suegro: El pueblo acude a mí para consultar a Dios.
16 Cuando tienen algún litigio, vienen a mí, y yo juzgo entre uno y otro, dándoles a conocer los decretos de Dios y sus leyes.
17 Respondióle el suegro de Moisés: No está bien lo que haces.
18 Acabarás por agotarte, tú y ese pueblo que está contigo; porque esa tarea es demasiado pesada para ti, y no puedes llevarla tú solo.
19 Escúchame, pues, ahora: Voy a darte un consejo, y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo ante Dios y preséntale a él los asuntos.
20 Tú los instruirás en los decretos y leyes, y les señalarás el camino que han de seguir, y la manera como deben comportarse.
21 Pero elige de entre todo el pueblo hombres de valer, temerosos de Dios, hombres fieles, que aborrezcan la ganancia injusta, y ponlos al frente de ellos como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez;
22 y que ellos juzguen al pueblo en todo tiempo. Los asuntos graves te los traerán a ti, y ellos juzgarán los menos importantes. Aligera tu carga; que ellos la compartan contigo.
23 Si esto hicieres, y Dios te lo impone, podrás resistir; y además, este pueblo regresará en paz a sus moradas.
24 Moisés escuchó el consejo de su suegro, e hizo todo lo que le había dicho.
25 Escogió, pues, Moisés a hombres de valer de entre todo Israel, y los puso a la cabeza del pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.
26 Y juzgaban al pueblo en todo tiempo y llevaban a Moisés los asuntos más arduos, resolviendo ellos mismos los de poca importancia.
27 Después Moisés despidió a su suegro, que regresó a su tierra.

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Introducción a Exodo 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas