Sabiduría 2 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 24 versitos |
1 Pues se dicen razonando erróneamente: "Breve y triste es nuestra vida, y no hay remedio para el final del hombre, de nadie se sabe que haya vuelto del hades.
2 Nacimos por azar, y después seremos como si no hubiéramos sido. Porque humo es el aliento en nuestras narices; y el pensamiento, una chispa del latido de nuestro corazón.
3 Extinguida ésta, el cuerpo se convertirá en ceniza, y el espíritu se disipará como aura leve.
4 Nuestro nombre será olvidado con el tiempo, y nadie se acordará de nuestras obras. Pasará nuestra vida como rastro de nube, y se disipará como niebla perseguida por los rayos del sol y abatida por su calor.
5 Paso de una sombra es el tiempo de nuestra vida, y es irreversible nuestro final
6 Venid, pues, y gocemos de los bienes presentes. Disfrutemos de las cosas con ansia juvenil.
7 Llenémonos de vino generoso y de perfume; y que no se nos pase la flor primaveral.
8 Coronémonos de capullos de rosas antes de que se marchiten;
9 que ninguno de nosotros falte en nuestra orgía. Dejemos por doquier señales de alegría; porque ésta es nuestra suerte y nuestra herencia.
10 Oprimamos al justo pobre. No perdonemos a las viudas, ni respetemos las canas venerables del anciano.
11 Sea nuestra fuerza norma de justicia; pues lo débil no sirve para nada.
12 Pongamos emboscadas al justo, porque nos estorba se opone a nuestras obras; nos echa en cara las faltas a la ley, nos acusa de las faltas contra nuestra educación.
13 Declara que conoce a Dios, y se llama a sí mismo hijo del Señor.
14 Se ha convertido en reproche de nuestros pensamientos. Su sola presencia nos molesta;
15 su vida es distinta de la de los demás, y son diferentes sus sendas.
16 Nos tiene por falsa moneda, y de nuestros caminos se aparta como de impurezas. Proclama dichoso el fin de los justos, y presume de tener por padre a Dios.
17 Veamos si sus palabras son verdaderas, y examinemos lo que al fin será de él.
18 Pues si el justo es hijo de Dios, él lo acogerá, lo librará de manos de adversarios.
19 Sometámosle a violencia y tortura, para conocer su equidad y comprobar su aguante.
20 Condenémoslo a muerte afrentosa, pues, según sus palabras, Dios lo protegerá".
21 Así discurren, pero se equivocan; su maldad es ciega.
22 No conocen los misterios de Dios; no esperan el salario de la virtud, ni valoran el premio de las almas sin mancha.
23 Porque Dios creó al hombre para la incorrupción, lo hizo imagen de su propia eternidad.
24 Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan los que son de su partido.

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Introducción a Sabiduría

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas