I Reyes 4 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 34 versitos |
1 El rey Salomón fue rey de todo Israel.
2 Éstos eran los jefes que tenía: Azarías, hijo de Sadoq, era el sacerdote;
3 Elijóref y Ajiyá, hijos de Sisá, secretarios; Yosafat, hijo de Ajilud, cronista;
4 Benayá, hijo de Yoyadá, jefe del ejército; Sadoq y Abiatar, sacerdotes;
5 Azarías, hijo de Natán, superintendente; Zabud, hijo del sacerdote Natán, amigo del rey;
6 Ajisar, mayordomo de palacio; Adoniram, hijo de Abdá, encargado de las prestaciones personales.
7 Tenía Salomón doce intendentes por todo Israel, quienes abastecían al rey y a su casa, cada uno durante un mes del año.
8 Éstos son sus nombres: BenJur, en la montaña de Efraím;
9 BenDéquer, en Maqás, Saalbim, BetSémes y ElónBetJanán;
10 BenJésed, en Arubbot, al que correspondía Sokó y toda la región de Jéfer;
11 BenAbinadab tenía toda la llanura de Dor, y estaba casado con Tafat, hija de Salomón;
12 Baaná, hijo de Ajilud, tenía Taanak, Meguiddó y hasta más allá de Yoqmoam, y todo BetSan, por debajo de Yizreel, desde BetSan hasta AbelMejolá, que está junto a Sartán;
13 BenGuéber, en Ramot de Galaad, tenía las aldeas de Yaír, hijo de Manases, situadas en Galaad, así como el distrito de Argob, en Basan: sesenta grandes ciudades amuralladas y con cerrojos de bronce;
14 Ajinadab, hijo de Iddó, estaba en Majanáyim;
15 Ajimaas, en Neftalí, el cual también había tomado por esposa a una hija de Salomón, llamada Basmat;
16 Baaná, hijo de Jusay, en Aser y en Alot;
17 Yosafat, hijo de Parúaj, en Isacar;
18 Simí, hijo de Elá, en Benjamín;
19 Guéber, hijo de Urí, en el país de Galaad, la tierra de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de BaSán. Y estaba, además, el único prefecto que permanecía en el país.
20 Judá e Israel eran tan numerosos como las arenas en las orillas del mar: comían, bebían y estaban contentos.
21 Dominaba Salomón sobre todos los reinos desde el río hasta el país de los filisteos y los confines de Egipto: todos le pagaban tributo y le estaban sometidos durante todo el tiempo que vivió.
22 Las provisiones de Salomón para cada día eran: treinta koros de flor de harina y sesenta de harina corriente,
23 diez bueyes cebados y veinte de pasto, cien ovejas, sin contar ciervos, gacelas, gamos y aves cebadas.
24 Dominaba sobre toda la tierra del lado de acá del río, desde Tifsaj hasta Gaza, sobre todos los reyes de este lado del río, y estaba en paz con todos los países limítrofes.
25 Durante la vida de Salomón, Judá e Israel vivían tranquilos, cada cual bajo su parra y su higuera, desde Dan hasta Beerseba.
26 Salomón tenía cuatro mil establos para los caballos de sus carros y doce mil caballos de montar.
27 Los intendentes, cada uno por mes, proveían al rey Salomón y a cuantos se sentaban a la mesa real; no permitían que les faltara nada.
28 Y cada uno según su turno, hacían llegar también la cebada y la paja para los caballos de tiro y los de montar al lugar señalado.
29 Dios concedió a Salomón sabiduría y discreción inmensas y un corazón tan dilatado como las arenas que hay a orillas del mar.
30 La sabiduría de Salomón aventajaba a la de todos los hijos de oriente y a toda la sabiduría de Egipto.
31 Era el hombre más sabio de todos los hombres: más que Etán, el ezrajita, y que Hernán, Kalkol y Dardá, hijos de Majol. Su fama se extendió por todas las naciones de alrededor.
32 Formuló tres mil proverbios y compuso mil cinco cánticos.
33 Disertó acerca de los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que brota en las paredes; trató, además, acerca de las bestias, las aves, los reptiles y los peces.
34 Acudían para escuchar la sabiduría de Salomón de todos los pueblos, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído hablar de su sabiduría.

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Introducción a I Reyes

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas