II Crónicas  1 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 17 versitos |
1 Salomón, hijo de David, se afianzó en su reino, pues Yahvéh, su Dios, estaba con él y lo engrandeció sobremanera.
2 Entonces Salomón convocó a todo Israel, a los jefes de millares y de centenas, a los jueces y a los príncipes de todo Israel, jefes de las casas paternas.
3 Y se fue con toda la asamblea al lugar alto que había en Gabaón, porque allí estaba la tienda de la reunión de Dios que Moisés, siervo de Yahvéh, había fabricado en el desierto.
4 Respecto del arca de Dios, David la había subido desde QuiryatYearim al lugar que le había preparado David, pues había levantado para ella una tienda en Jerusalén.
5 El altar de bronce que había hecho Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, estaba allí, delante del tabernáculo de Yahvéh. Y Salomón y la asamblea fueron allá para consultarle.
6 Subió, pues, Salomón allí, ante Yahvéh, al altar de bronce, que estaba ante Yahvéh junto a la tienda de la reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos.
7 Y aquella noche se apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que te dé.
8 Y Salomón respondió a Dios: Tú has usado de gran benevolencia con David, mi padre, y a mí me has hecho reinar en su lugar.
9 Ahora, pues, oh Yahvéh Dios, que se cumpla tu promesa a mi padre David, ya que tú me has constituido rey de un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.
10 Dame ahora sabiduría y entendimiento para que pueda dirigir la vida de este pueblo, porque ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande?
11 Y Dios respondió a Salomón: Puesto que éste es el deseo de tu corazón y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de tus enemigos, ni tampoco has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y entendimiento para gobernara mi pueblo del que te he hecho rey,
12 por eso te son concedidos la sabiduría y el entendimiento; y, además, te daré riquezas, bienes y gloria como no las han tenido los reyes anteriores a ti, ni las tendrán tus sucesores.
13 Y desde el lugar alto de Gabaón, de delante de la tienda de la reunión, Salomón se volvió a Jerusalén y reinó sobre Israel.
14 Salomón reunió carros y caballos y llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, que alojó en las ciudades de los carros y en Jerusalén cerca del rey.
15 Y el rey hizo que la plata y el oro abundaran en Jerusalén como las piedras; y los cedros, como los sicómoros de la Sefelá.
16 Los caballos de Salomón procedían de Musrí y de Qoa; los mercaderes del rey los adquirían en Qoa por su precio.
17 Éstos subían e importaban de Musrí un carro por seiscientos siclos de plata; y un caballo, por ciento cincuenta. Los importadores los traían también para los reyes de los hittitas y para los reyes de Aram.

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Introducción a II Crónicas 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas