Ester  2 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 23 versitos |
1 Después de estos sucesos, cuando se apaciguó la ira del rey Asuero, él se acordó de Vasti, de lo que ella había hecho y de lo que él había decretado respecto de ella.
2 Y dijeron los servidores del rey, sus cortesanos: Búsquense para el rey jóvenes doncellas de hermoso aspecto.
3 Nombre el rey inspectores en todas las provincias de su reino, para que reúnan a todas las doncellas de hermoso aspecto en la ciudadela de Susa, en el harén, bajo la vigilancia de Hegué, eunuco del rey y guardián de las mujeres; y que éste les dé lo necesario para ataviarse.
4 Y la joven que agrade a los ojos del rey sea la reina en lugar de Vasti. Agradó al rey la propuesta, y así se hizo.
5 Había en la ciudadela de Susa un judío, de nombre Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Simí, hijo de QuiS, del linaje de Benjamín,
6 que había sido llevado de Jerusalén con los cautivos deportados con Yoyakín, rey de Judá, por Nabucodonosor, rey de Babel.
7 Había educado a Hadassá, que es Ester, hija de un tío suyo, pues ella no tenía ni padre ni madre. La joven era hermosa de talle y de agradable aspecto. A la muerte de su padre y de su madre, habíala adoptado Mardoqueo como hija.
8 Sucedió que, al divulgarse el deseo del rey y su decreto, y al ser reunidas muchas jóvenes en la ciudadela de Susa bajo la vigilancia de Hegué, fue llevada también Ester a la casa del rey, al cuidado de Hegué, que era guardián de las mujeres.
9 Le agradó la joven, que encontró favor ante él; y se apresuró a proporcionarle lo necesario para su atavío y su mantenimiento, y a darle siete doncellas escogidas de la casa del rey. La instaló con sus jóvenes en el mejor aposento del harén.
10 Ester no había revelado ni su pueblo ni su origen, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarara.
11 Y cada día paseaba Mardoqueo delante del patio del harén, para saber de la salud de Ester y lo que se hacía con ella.
12 Todas las jóvenes tenían su turno para presentarse al rey Asuero, después de haber pasado doce meses conforme a las prescripciones de las mujeres, cumpliendo así los días de su tratamiento de tocador: seis meses con aceite de mirra, y seis meses con perfumes y afeites propios de mujeres.
13 Cuando una joven tenía que presentarse al rey, se le daba todo cuanto pedía para llevarlo consigo desde el harén a la casa del rey.
14 Iba por la tarde, y volvía por la mañana al segundo harén, que estaba bajo la vigilancia de SaaSgaz, eunuco del rey, guardián de las concubinas. No volvía ya más a presentarse ante el rey, a no ser que el rey manifestara deseo de verla y fuera llamada nominalmente.
15 Cuando a Ester, hija de Abijáyil, tío de Mardoqueo, que la había adoptado por hija, le llegó el turno para presentarse al rey, no pidió nada fuera de lo que le dijo Hegué, eunuco del rey, guardián de las mujeres; pero Ester halló gracia a los ojos de cuantos la veían.
16 Ester fue presentada al rey Asuero, en el palacio real, el décimo mes, que es el mes de tébet, del año séptimo de su reinado.
17 El rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y ella halló más gracia y favor ante él que todas las demás doncellas. Puso la corona real sobre su cabeza y la proclamó reina en lugar de Vasti.
18 Dio el rey un gran festín a todos sus grandes y servidores: el festín de Ester. También concedió un día de descanso a las provincias y repartió dones con regia liberalidad.
19 Cuando se reunieron de nuevo las doncellas, Mardoqueo seguía prestando servicio a la puerta del rey.
20 Ester no había revelado ni su origen ni su pueblo, tal como le había mandado Mardoqueo; pues Ester cumplía las órdenes de Mardoqueo como cuando era educada en casa de él.
21 En aquellos días, mientras Mardoqueo seguía prestando servicio a la puerta del rey, se dejaron llevar de la ira Bigtán y TéreS, dos eunucos del rey, guardianes del umbral, e intentaron poner su mano sobre el rey Asuero.
22 Llegó la cosa a conocimiento de Mardoqueo y se la comunicó a la reina Ester. Ester se lo dijo al rey de parte de Mardoqueo.
23 Indagado y comprobado el asunto, aquellos dos fueron colgados, de un madero y el caso fue consignado en el libro de las crónicas en presencia del rey.

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Introducción a Ester 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas