Salmos 62 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 12 versitos |
1 Del director; según Yedutún. Salmo, de David.

Tan sólo en el Señor mi alma halla reposo, de él viene mi victoria;
2 mi roca, mi socorro es sólo él, él mi fortín: no habré de sucumbir.
3 ¿Hasta cuándo vuestra saña contra uno, para entre todos abatirle, como un muro inclinado o la tapia que está para caer?
4 Derrocarle del puesto es cuanto está en sus planes, su gozo es la mentira: con la boca bendicen, mas su idea es maldición. Selah
5 Busca sólo en Dios reposo, alma mía: él es en quien yo espero;
6 mi roca, mi socorro es sólo él, él mi fortín: no habré de sucumbir.
7 Mi victoria y mi honor están en Dios, y en él mi roca fuerte y mi defensa.
8 Confiad, gentes, en él en todo tiempo, abrid el corazón en su presencia: Dios es nuestro refugio. Selah
9 Puro viento son los hijos de los hombres, engaño los mortales; en balanza, van en alto, menos que un soplo todos juntos.
10 No confiéis en la extorsión ni os preciéis de lo robado; en acrecer riquezas no pongáis el corazón.
11 Una cosa ha dicho Dios, estas dos yo he escuchado: que de Dios es el poder
12 y que en ti, Señor, está la compasión. Tú, cierto, pagarás a cada cual según sus obras.

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Introducción a Salmos

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas