Jeremías  10 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 25 versitos |
1 Casa de Israel, escuchad la palabra que os dice Yahvéh.
2 Así dice Yahvéh: No aprendáis el camino de las naciones, ni temáis las señales del cielo, aunque las naciones las teman.
3 Porque los dioses de los pueblos son vanidad: madera que se corta del bosque, labrada por las manos del artífice con el hacha.
4 Con plata y con oro se la adorna: con plata laminada, importada de Tarsis, y con oro de Ufaz. Obra del artífice y de las manos del orfebre, su vestido es de púrpura y jacinto; todos ellos son obra de artistas.
5 Con clavos y a martillazos los sujetan, para que no se tambaleen.
6 Son como espantajo de melonar, que no hablan; hay que llevarlos, porque no pueden andar. No los temáis, pues ni pueden hacer mal, ni está en su poder hacer bien.
7 Son a la vez necios y tontos. La religión de los ídolos es eso: madera.
8 Así diréis acerca de ellos: Los dioses que no han hecho el cielo y la tierradesaparecerán de la tierra y de debajo del cielo.
9 Nadie hay como tú, Yahvéh ; tú eres grande, y grande en potencia es tu nombre.
10 ¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Sí, esto se te debe; porque entre todos los sabios de las gentes y en todos sus reinosnadie hay como tú.
11 Yahvéh es el Dios verdadero, el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su ira tiembla la tierra, y las naciones no soportan su furor.
12 El hizo la tierra con su poder, estableció el mundo con su sabiduría, y extendió el cielo con su inteligencia.
13 Cuando él da una voz, hay estruendo de aguas en el cielo y levanta las nubes de los confines de la tierra. Produce relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos.
14 El hombre se queda entontecido, sin conocimiento; el orfebre queda avergonzado de su ídolo, porque su estatua fundida es un engaño: no tienen vida,
15 son cosa vana, obra ridicula; al tiempo de su castigo perecerán.
16 No es como éstos la porción de Jacob, porque él es quien formó el universo, y su tribu hereditaria es Israel. Yahvéh Sebaot es su nombre.
17 Retira del país tu equipaje, tú que moras bajo la opresión.
18 Pues así dice Yahvéh: Aquí estoy: voy a lanzar lejos esta veza los habitantes del país; los voy a poner en aprieto, para que sean alcanzados.
19 ¡Ay de mí por mi desastre! ¡Mi llaga es incurable! Yo había pensado: Es sólouna enfermedad que podré soportar.
20 Mi tienda está devastada, todas mis cuerdas se han roto; mis hijos partieron de mi lado y ya no están, no hay ya quien despliegue mi tiendani quien levante mis lonas.
21 Los pastores fueron unos necios y no buscaron a Yahvéh ; por eso no acertaron, y toda su grey se dispersó.
22 ¡Escuchad! ¡Una noticia! ¡Mirad!: ya llega un estruendo enorme del país del norte, para hacer de las ciudades de Judá un desierto, una guarida de chacales!
23 Reconozco, Señor, que no es el hombre dueño de su camino, ni de quien anda el dirigir sus pasos.
24 Castígame, Señor, pero con medida, no según tu ira, no sea que me anonades.
25 Vuelca tu furor sobre las nacionesque no te conocen, y sobre los pueblosque no invocan tu nombre; pues han devorado a Jacob, lo han devorado y consumido, han devastado su morada.

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Introducción a Jeremías 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas