Jeremías  17 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 27 versitos |
1 El pecado de Judá está escrito con estilete de hierro; con punta de diamante está grabadoen la tablilla de su corazón y en los cuernos de sus altares.
2 Como a sus hijos, así recuerdan sus altares y sus aleras, junto al árbol frondoso, sobre las altas colinas
3 de los montes en el campo. Tu riqueza y todos tus tesoros entregaré al pillaje, en compensación por todos tus pecados en todas tus fronteras.
4 Tendrás que soltar tu mano de la herencia que te había dado, y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces; pues fuego se encendió en mi ira que arderá eternamente.
5 Así dice Yahvéh: Maldito el hombre que confía en el hombre, que hace de la carne su apoyo y aparta de Yahvéh su corazón.
6 Es como tamarisco en la estepa, que no ve que llegue el bien; pues mora en los pedregales del desierto, en una tierra salitrosa e inhabitable.
7 Bendito el hombre que confía en Yahvéh, y es Yahvéh su confianza.
8 Es como árbol plantado junto al agua, que tiende a la corriente sus raíces; no teme que llegue el calor, pues su follaje es frondoso; en año de sequía no se inquieta, no deja de producir fruto.
9 Tramposo es más que todo el corazón y está desahuciado; ¿quién podrá conocerlo?
10 Yo, Yahvéh, escruto el corazón, sondeo las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus obras.
11 Perdiz que empolla lo que no ha puesto es quien adquiere riquezas injustamente; a la mitad de sus días tendrá que dejarlas, y a la postre será como un necio.
12 ¡Trono de gloria, sublime desde el principio, lugar de nuestro santuario!
13 ¡ Yahvéh, esperanza de Israel! Todos los que te abandonan serán confundidos, los que de ti se apartan serán inscritos en la tierra, porque abandonaron a Yahvéh, fuente de aguas vivas.
14 Sáname, Yahvéh, y sanaré; sálvame y me salvaré, pues mi alabanza eres tú.
15 Mira que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra de Yahvéh? ¡Que venga!
16 Yo no insistí en ser pastor a tu servicio, ni el día fatal lo deseé. Tú lo sabes: lo que salió de mis labios delante de tu presencia está.
17 No seas terror para mí, tú, mi refugio, en día de desgracia.
18 Véanse avergonzados mis perseguidores, pero no sea yo avergonzado; sean aterrorizados ellos, pero no sea yo aterrorizado. Trae sobre ellos el día de la desgracia y destrúyelos con doble destrucción.
19 Yahvéh me dijo así: Ve a ponerte a la puerta de los hijos del pueblo, por la que entran y salen los reyes de Judá, y en todas las puertas de Jerusalén,
20 y diles: Escuchad la palabra de Yahvéh, reyes de Judá, todo Judá y habitantes todos de Jerusalén que entráis por estas puertas.
21 Así dice Yahvéh: Guardaos, por vuestras vidas, de transportar cargas el día del sábado y de pasarlas por las puertas de Jerusalén.
22 No saquéis cargas de vuestras casas el día del sábado ni hagáis trabajo alguno, sino que debéis santificar el día del sábado, como ordené a vuestros padres,
23 aunque ellos no escucharon ni aplicaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, de modo que no escucharon ni aceptaron la lección.
24 Pues bien, si me escucháis en serio - oráculo de Yahvéh - no pasando cargas por las puertas de esta ciudad el día del sábado, y santificáis el día del sábado no haciendo en él trabajo alguno,
25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten en el trono de David, montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad estará siempre habitada;
26 y de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de la región de Benjamín, de la Sefelá, de la Montaña y del Négueb vendrán trayendo holocaustos y sacrificios, oblaciones e incienso, y traerán también sacrificios de alabanza al templo de Yahvéh.
27 Pero si no me escucháis, santificando el día del sábado sin transportar cargas ni pasarlas por las puertas de Jerusalén el día del sábado, entonces en sus puertas encenderé fuego que devorará los palacios de Jerusalén y no se apagará.

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Introducción a Jeremías 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas