Ezequiel  22 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 31 versitos |
1 La palabra de Yahvéh me fue dirigida en estos términos:
2 Y tú, hijo de hombre, ¿quieres juzgar? ¿Quieres juzgar a la ciudad sanguinaria? Dale a conocer todas sus abominaciones,
3 y di: Así dice el SeñorYahvéh: ¡Ciudad que derrama sangre dentro de sí para que llegue su hora, y que fabrica ídolos en daño suyo y con ellos se contamina!
4 Por la sangre que derramas te haces culpable, y con los ídolos que fabricas te contaminas: así adelantas tus días y llegas al término de tus años. Por eso voy a hacer de ti el oprobio de las naciones y la irrisión de todos los países.
5 Los que están cerca, como los que están lejos de ti, se reirán de ti, ciudad de mala fama, llena de confusión.
6 Los príncipes de Israel, cada uno según su poder, están en ti para derramar sangre.
7 En ti se desprecia al padre y a la madre, en medio de ti se hace violencia al forastero, en ti se oprime al huérfano y a la viuda.
8 Desprecias mis cosas santas y profanas mis sábados.
9 Hay en ti gentes que calumnian para derramar sangre; hay en ti quienes se van a comer en los montes; en medio de ti se cometen torpezas.
10 En ti se descubre la desnudez del padre; en ti se abusa de la mujer impura por la menstruación.
11 El uno comete abominación con la mujer de su prójimo, el otro mancha a su nuera con la impureza, el otro abusa en ti de su hermana, hija de su propio padre.
12 En ti se acepta soborno para derramar sangre; exiges interés y usura; explotas a tus prójimos con violencia, y a mí me olvidas - oráculo del Señor Yahvéh -.
13 Mira: Yo voy a batir palmas por el negocio que haces y por la sangre que hay en medio de ti.
14 ¿Aguantará tu corazón y resistirán tus manos los días en que yo me ocupe de ti? Yo, Yahvéh, he hablado y lo haré.
15 Te dispersaré por las naciones y te diseminaré por los países; y así quitaré de ti tu impureza
16 y tendré en ti mi posesión a la vista de las naciones; y sabrás que yo soy Yahvéh.
17 La palabra de Yahvéh me fue dirigida en estos términos:
18 Hijo de hombre, la casa de Israel es para mí escoria; todos ellos son cobre, estaño, hierro y plomo dentro del horno; son escorias de plata.
19 Por eso, así dice el Señor Yahvéh: Puesto que todos vosotros sois escorias, por eso os voy a reunir en medio de Jerusalén.
20 Como se mete plata, cobre, hierro, plomo y estaño dentro de un horno y se atiza el fuego, a fin de que se fundan, así os reuniré en mi ira y en mi furor; os meteré y os fundiré.
21 Os reuniré y atizaré contra vosotros el fuego de mi cólera, y os fundiréis en medio de ella.
22 Como se funde la plata dentro del horno, así os fundiréis vosotros en medio de ella; y sabréis que yo, Yahvéh, he volcado mi furor sobre vosotros.
23 La palabra de Yahvéh me fue dirigida en estos términos:
24 Hijo de hombre, dile: Tú eres tierra que no ha sido lavada ni ha recibido lluvia en el día de la ira.
25 Dentro de ella, sus príncipes son como león rugiente que desgarra la presa: devoran personas, se apoderan de hacienda y objetos preciosos, multiplican el número de viudas dentro de ella.
26 Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis cosas santas; no distinguen entre lo sacro y lo profano, y no enseñan la diferencia entre lo impuro y lo puro; se tapan los ojos para no ver mis sábados, y soy profanado en medio de ellos.
27 Sus jefes, dentro de ella, son como lobos que desgarran la presa, derramando sangre y matando a las personas para hacer su negocio.
28 Sus profetas son revocadores con barro, que ven visiones falsas y adivinan mentiras, al afirmar: Así dice el Señor Yahvéh, cuando Yahvéh no ha hablado.
29 El pueblo campesino hace extorsión, comete robos, oprime al pobre y al indigente y veja al forastero sin razón alguna.
30 He buscado entre ellos a alguien que levante un muro y esté firme en la brecha delante de mí en favor del país para que yo no lo destruya, pero no lo he encontrado.
31 Voy a volcar mi indignación sobre ellos y a aniquilarlos con el fuego de mi cólera; haré recaer su conducta sobre su cabeza - oráculo del Señor Yahvéh -.

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Introducción a Ezequiel 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas