1 La palabra de Yahvéh me fue dirigida en el año noveno, el día diez del décimo mes, en estos términos: |
2 Hijo de hombre, escribe la fecha de este día, del día de hoy. El rey de Babilonia ha atacado a Jerusalén hoy mismo. |
3 Propón, pues, una parábola a la casa de Israel y diles: Así dice el Señor Yahvéh: Arrima la olla al fuego, arrímala y échale agua también. |
4 Llénala de trozos de carne, de todos los trozos mejores, pemil y espaldilla; llénala también de huesos selectos. |
5 Toma lo mejor del rebaño. Apila luego la leña debajo. Hazla hervir a borbotones hasta que los huesos se cuezan en ella. |
6 Porque así dice el Señor Yahvéh: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, olla que tiene cardenillo, cardenillo que no se le va! Saca afuera trozo a trozo, sin echarlos a suertes. |
7 Porque la sangre está dentro de ella, sobre una roca desnuda la puso sin derramarla en tierra, para que la cubriera el polvo. |
8 Para provocar mi ira, para tomar venganza, puse su sangre sobre roca desnuda que no pueda cubrirse. |
9 Por eso así dice el Señor Yahvéh: ¡Ay de la ciudad sanguinaria! También yo haré una grande hoguera. |
10 Echa más leña, enciende el fuego, cuece la carne, echa el condimento y que los huesos se quemen. |
11 Colócala vacía sobre las brasas, para que se caliente, se ponga al rojo el cobre, se funda dentro de ella la roña, se le consuma el cardenillo. |
12 ¡Trabajo agotador! Ni aun con el fuego le sale su espesa roña. Su roña |
13 es tu inmunda impureza. Puesto que he querido limpiarte y no te has dejado limpiar de tu inmundicia, no quedarás ya limpia hasta que desahogue en ti mi furor. |
14 Yo, Yahvéh, he hablado; está para llegar y lo haré. No cejaré, no sentiré pena ni me arrepentiré. Te juzgarán según tu conducta y según tus acciones - oráculo del Señor Yahvéh -. |
15 La palabra de Yahvéh me fue dirigida en estos términos: |
16 Hijo de hombre, mira: voy a quitarte el encanto de tus ojos; pero no te lamentes ni llores ni corran tus lágrimas. |
17 Gime en silencio y no hagas duelo por los muertos; cúbrete con el turbante y ponte las sandalias; no te tapes la barba ni comas pan ordinario. |
18 Hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi mujer. A la mañana siguiente hice como se me había mandado. |
19 Entonces el pueblo me dijo: ¿No quieres explicarnos qué significan para nosotros estas cosas que están haciendo? |
20 Yo les contesté: La palabra de Yahvéh me ha sido dirigida en estos términos. |
21 Di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahvéh: Mirad: voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra potencia, encanto de vuestros ojos, y anhelo de vuestras almas; y vuestros hijos y vuestras hijas, los que habéis dejado, caerán a espada. |
22 Haréis como yo hice: no os taparéis la barba ni comeréis pan ordinario. |
23 Llevaréis los turbantes en la cabeza y las sandalias en los pies; no os lamentaréis ni lloraréis; pero os consumiréis por vuestras iniquidades y gemiréis los unos con los otros. |
24 Ezequiel será para vosotros un símbolo; haréis en todo como él ha hecho. Cuando esto llegue, sabréis que yo soy el Señor Yahvéh. |
25 En cuanto a ti, hijo de hombre, el día en que yo les quite su baluarte, la alegría de su gloria, el encanto de sus ojos, el anhelo de sus almas, a sus hijos y a sus hijas, |
26 en ese día llegará a ti un fugitivo para darte una noticia. |
27 En ese día se te abrirá la boca para hablar con el fugitivo; hablarás y ya no volverás a estar mudo. Así serás para ellos un símbolo, y sabrán que yo soy Yahvéh. |