Joel  1 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 20 versitos |
1 Palabra de Yahvéh dirigida a Joel, hijo de Petuel.
2 Escuchad esto, ancianos, oíd, habitantes todos del país: ¿Hubo cosa parecida en vuestros días o en los días de vuestros padres?
3 Contádselo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la generación siguiente.
4 Lo que dejó el grillo lo devoró el saltamontes; lo que dejó el saltamontes lo devoró la langosta; lo que dejó la langosta lo devoró la caballeta. Lamentación por la devastación del país
5 ¡Despertad, borrachos, y llorad! ¡Gemid todos, bebedores de vino, por el mosto que os quitan de la boca!
6 Porque subió contra mi país un pueblo poderoso e innumerable. Sus dientes son dientes de león, tiene quijadas de leona.
7 Convirtió mis cepas en desolación, y mis higueras en astillas. Las descortezó y derribó, dejó blancas sus ramas.
8 Laméntate como joven ceñida de saco por causa del esposo de su juventud.
9 Oblación y libación desapareció de la casa de Yahvéh. Guardan luto los sacerdotes, ministros de Yahvéh.
10 Devastado está el campo y la tierra de luto, porque ha sido destruida la cosecha, el mosto se ha secado y el aceite se ha perdido.
11 Avergonzaos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se perdió la cosecha del campo.
12 Están secas las cepas, marchitas las higueras; granados, palmeras y manzanos, los árboles todos del campo están secos. Desapareció la alegría de los hijos de los hombres.
13 ¡Ceñíos de saco y lamentaos, sacerdotes! ¡Gemid, ministros del altar! Venid, pasad la noche sobre esteras, ministros de mi Dios, porque desapareció de la casa de vuestro Dios la oblación y la libación.
14 Promulgad un ayuno, convocad una asamblea, reunid a los ancianos, a todos los habitantes del país, en la casa de Yahvéh, vuestro Dios, y clamad a Yahvéh.
15 ¡Ay! ¡Ay de ese día! Porque está cerca el día de Yahvéh: viene como devastación de Sadday.
16 ¿Acaso ante nuestros ojos no desapareció el alimento, y de la casa de nuestro Dios la alegría y el júbilo
17 Los granos se pudrieron bajo los terrones. Los graneros están destruidos, los silos demolidos por falta de grano.
18 ¡Cómo brama el ganado! Mugen los hatos de bueyes por no tener pasto. ¡Hasta los rebaños de ovejas perecen!
19 A ti clamo, Yahvéh: el fuego consumió los pastizales de la estepa, y la llama abrasó todos los árboles del campo.
20 Hasta las bestias del campo rugen por ti, porque se han secado los cauces de agua y el fuego consumió los pastizales de la estepa.

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Introducción a Joel 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas