Josué 14 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 15 versitos |
1 Éstas son las heredades que los israelitas recibieron en la tierra de Canaán, distribuidas por el sacerdote Eleazar, por Josué, hijo de Nun, y por los jefes de familia de las tribus de los hijos de Israel.
2 Fueron sorteadas las heredades, como había dispuesto Yahvéh por medio de Moisés, a las nueve tribus y a la media tribu de Manases;
3 pues Moisés había ya otorgado su heredad a dos tribus y a la otra media tribu al otro lado del Jordán. A los levitas no les otorgó heredad alguna entre ellas.
4 Los descendientes de José formaban dos tribus, Manases y Efraím, y no se había asignado parte a los levitas en el país, sino ciudades de residencia con sus terrenos de pasto para su ganado mayor y menor.
5 Los hijos de Israel repartieron la tierra conforme a lo ordenado por Yahvéh a Moisés.
6 Los hijos de Judá presentáronse a Josué en Guilgal; y Kaleb, hijo de Yefunné, el quenizeo, le dijo: Tú bien sabes lo que dijo Yahvéh a Moisés, varón de Dios, en lo tocante a mí y a ti, en QadésBarnea.
7 Tenía yo cuarenta años cuando Moisés, siervo de Yahvéh, me envió desde QadéSBarnea a explorar esta tierra, y yo le di cuenta según la sinceridad de mi corazón.
8 En cambio, mis hermanos, que habían subido conmigo, turbaron el corazón del pueblo, mientras yo me mantuve plenamente fiel a Yahvéh, mi Dios.
9 Aquel día Moisés hizo este juramento: En verdad que la tierra que han hollado tus pies será tu heredad para ti y para tus hijos por siempre, porque has obrado plenamente fiel a Yahvéh, mi Dios.
10 Pues bien, Yahvéh me ha conservado con vida, como había anunciado, estos cuarenta y cinco años, desde que hizo esta declaración a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora tengo ya ochenta y cinco años,
11 aunque me siento tan vigoroso como el día en que Moisés me envió: como era mi vigor entonces, tal es mi vigor ahora para combatir, para ir y venir.
12 Ahora, pues, otórgame esta montaña a la que se refería Yahvéh aquel día; pues aquel día oíste tú que estaban en ella los anaquitas y que sus ciudades son grandes y fortificadas. Si Yahvéh está conmigo, los arrojaré de allí, como Yahvéh me prometió.
13 Josué bendijo entonces a Kaleb, hijo de Yefunné, y le otorgó Hebrón por heredad.
14 Por eso Hebrón es patrimonio de Kaleb, hijo de Yefunné, el quenizeo, hasta el día de hoy, porque él fue plenamente fiel a Yahvéh, Dios de Israel.
15 Hebrón se llamaba anteriormente QuiryatArbá. Arbá fue el hombre más grande entre los anaquitas. Y el país descansó de la guerra.

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Introducción a Josué

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas