Judith 12 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 20 versitos |
1 Mandó que la llevaran adonde él tenía la vajilla de plata y ordenó que de sus propios manjares le prepararan la mesa y que le dieran a beber de su propio vino.
2 Pero Judit dijo: "No comeré de ellos, no sea que se me conviertan en ocasión de pecado; que me den de las provisiones que he traído conmigo".
3 Díjole Holofernes: "Cuando se te acabe lo que tienes, ¿de dónde podremos procurarte manjares parecidos? Porque entre nosotros no hay nadie de tu raza".
4 Judit le respondió: "Por tu vida, mi señor, que tu esclava no consumirá lo que tengo conmigo antes de que el Señor cumpla por mi mano lo que ha determinado".
5 Luego los servidores de Holofernes la condujeron a la tienda y ella durmió hasta la media noche. Se levantó con la vigilia matinal
6 y envió a decir a Holofernes: "Dé orden mi señor que permitan a tu esclava salir a orar".
7 Holofernes mandó a su guardia personal que no se lo impidieran. Así permaneció tres días en el campamento, y salía cada noche al valle de Betulia, para purificarse en la fuente que había junto al campamento.
8 Cuando regresaba, rogaba al Señor, Dios de lsrael, que dirigiera su camino para exaltación de los hijos de su pueblo.
9 Luego que entraba purificada, permanecía en la tienda hasta que le traían sus alimentos a la caída de la tarde. Judit en el banquete
10 Al cuarto día, dio Holofernes un banquete sólo para sus oficiales, sin pasar invitación a ninguno de los demás funcionarios.
11 Y dijo al eunuco Bagoas, que estaba al frente de todos sus asuntos: "Ve y persuade a esa mujer hebrea que tienes a tu cargo a que venga a comer y beber con nosotros.
12 Sería vergonzoso para nosotros que dejáramos partir a semejante mujer sin haber tenido trato con ella; si no la conquistamos, luego se reirá de nosotros".
13 Salió Bagoas de la presencia de Holofernes, entró adonde ella estaba y le dijo: "Que esta hermosa esclava no dude en venir a mi señor, para ser honrada en su presencia, beber vino alegremente con nosotros y así ser, este día, como las hijas de los asirios que viven en el palacio de Nabucodonosor".
14 Judit le respondió: "¿Quién soy yo para contradecir a mi señor? Haré con mucho gusto todo lo que sea de su agrado; y será para mí motivo de alegría hasta el día de mi muerte".
15 Se levantó en seguida y se atavió con su vestido y con todos los aderezos femeninos. Su sirvienta se adelantó y extendió para ella en el suelo, frente a Holofernes, las pieles que había recibido de Bagoas para su uso cotidiano, a fin de que comiera recostada sobre ellas.
16 Judit entró y se reclinó. El corazón de Holofernes quedó prendado de ella; su espíritu quedó turbado y ardía en vehementes deseos de yacer con ella. Desde el día en que la vio aguardaba ocasión propicia para seducirla.
17 Holofernes le dijo: "Bebe y regocíjate con nosotros".
18 Respondió Judit: "Beberé. Sí señor; porque, desde que nací, jamás ha sido mi vida tan maravillosa como hoy".
19 Y tomando lo que le había preparado su sirvienta, comió y bebió delante de él.
20 Holofernes, encantado con ella, bebió tan enorme cantidad de vino como jamás había bebido en toda su vida.

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Introducción a Judith

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas