Sabiduría 11 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 26 versitos |
1 Hizo prosperar sus obras por mano de un profeta santo.
2 Atravesaron un desierto inhabitable; levantaron sus tiendas en lugares sin caminos.
3 Hicieron frente a sus adversarios y rechazaron a sus enemigos.
4 Tuvieron sed y te invocaron; se les dio agua de una roca escarpada, y una dura piedra fue remedio a su sed.
5 Aquello mismo que sirvió de castigo a sus enemigos, fue para ellos auxilio en su necesidad;
6 en vez del manantial inagotable del río enturbiado con sangre impura, como pena del decreto infanticida,
7 agua abundante les diste contra toda esperanza.
8 Así mostraste, por la sed que entonces padecieron, cómo castigabas a sus enemigos.
9 Pues, al ser sometidos a prueba, aunque corregidos con clemencia, conocieron cómo eran atormentados los impíos, juzgados con ira.
10 A unos, como padre que amonesta, los probaste; demandaste a los otros, como rey severo que condena.
11 Por un igual se consumían los ausentes y los presentes.
12 Un doble pesar se apoderó de ellos, y un doble gemido por la memoria de lo pasado.
13 Pues cuando oyeron que por sus propios castigos salían favorecidos los otros, sintieron la mano del Señor.
14 A aquel que un tiempo, expuesto y abandonado, habían rechazado con desprecio, contemplaban ahora admirados al final de los sucesos, cuando sintieron sed tan distinta de la de los justos.
15 En pago a sus pensamientos insensatos y depravados con los que, en su extravío, daban culto a reptiles irracionales y a viles bestias, tú les enviaste en castigo multitud de animales sin razón;
16 para que conocieran que por aquello en que se peca viene el castigo.
17 Porque ninguna dificultad tenía tu omnipotente mano -la que creó el mundo de materia informe- en enviarles manadas de osos o de fieros leones,
18 o desconocidos monstruos recién creados, llenos de furor, que exhalaran aliento de fuego, o emitieran humareda con estrépito, o terribles centellas relampaguearan de sus ojos,
19 que no sólo pudieran triturarlos con heridas, sino aniquilarlos de espanto sólo con su sola vista.
20 Y aun sin esto, que pudieran caer por un soplo, perseguidos por la justicia, disipados por el soplo de tu potencia. Pero lo dispusiste todo con medida, número y peso.
21 Desplegar tu poder está siempre en tu mano. Y a la fuerza de tu brazo, ¿quién podrá resistir?
22 Porque el mundo entero es ante ti como mota de polvo en los platillos, y como gota de rocío matinal que a tierra cae.
23 Pero tienes piedad de todos, porque todo lo puedes, y apartas la vista de los pecados de los hombres para que se arrepientan;
24 porque tú amas todos los seres, y nada aborreces de lo que hiciste. De haber odiado algo, no lo habrías creado.
25 ¿Cómo podría sustituir cosa alguna, si tú no quisieras? O, ¿cómo conservarse, si tú no la llamaras?
26 Pero tú perdonas a todos, porque tuyos son, Soberano que amas la vida.

Patrocinio

 
 

Introducción a Sabiduría

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas