Eclesiástico 43 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 33 versitos |
1 Orgullo de las alturas es el límpido firmamento, espectáculo glorioso la bóveda celeste.
2 El Sol, cuando despunta, proclama en su salida: "¡Qué maravillosa la obra del Altísimo!".
3 A mediodía abrasa la tierra; y ante su ardor, ¿quién puede resistir?
4 Se atiza el horno para trabajos de forja. Tres veces más potente es el sol que abrasa las monta as. Exhala vapores de fuego, y ciega los ojos con el resplandor de sus rayos.
5 Grande es el Señor que lo hizo; a sus palabras acelera su carrera.
6 También la Luna, siempre fiel a su hora, proclama los tiempos y es se al eterna.
7 La Luna se ala las fiestas. Es astro que mengua hasta el final.
8 De ella reciben los meses su nombre; cambia y crece maravillosamente; lucero es del ejército del cielo que brilla en la bóveda celeste.
9 Hermosura del cielo es el brillo de los astros, ornato que ilumina en las alturas del Señor.
10 Por la palabra del Santo se mantienen en sus puestos, no se cansan de hacer la guardia.
11 Mira el Arco Iris y bendice al que lo hizo. Es hermoso su esplendor.
12 Circunda el cielo en círculo de gloria. Las manos del Altísimo lo tendieron.
13 A un mandato suyo cae la nieve; a una orden suya fulminan los relámpagos.
14 Por eso se abren sus depósitos y vuelan las nubes como pájaros.
15 En su grandeza condensa las nubes, y se desmenuzan las piedras del granizo.
16 A su vista se estremecen las monta as, y a su voluntad sopla el viento solano,
17
18 Como pájaros que caen esparce la nieve, se posa en el suelo como la langosta. Su blanca hermosura deslumbra los ojos, y el corazón se extasía en su caída.
19 Como sal derrama escarcha en la tierra, que al helarse se convierte en puntiagudas espinas.
20 Sopla el viento frío del norte, y el cristal se congela sobre el agua. Se extiende sobre toda masa de agua y el agua se reviste como de coraza.
21 Devora los montes y abrasa el desierto, y extingue como fuego todo verdor.
22 Remedio de todo es la niebla que presto se echa; trae alegría el rocío tras el calor ardiente.
23 Según su designio calmó el abismo, e islas plantó en él.
24 Los que navegan por la mar cuentan sus peligros, y nos admiramos de lo que oyen nuestros o dos.
25 Hay en él criaturas extraordinarias, toda suerte de seres y de monstruos marinos.
26 Por él camina seguro el mensajero de Dios, y por su palabra todo queda bien ordenado.
27 Por mucho que siguiéramos, nunca acabar amos. Resumen del discurso es: Él lo es todo.
28 ¿Dónde encontrar fuerzas para glorificarlo? Porque Él es el grande por encima de todas sus obras.
29 Terrible es el Señor y grande en extremo; es maravilloso su poder.
30 Al glorificar al Señor, exaltadlo cuanto podáis, que estará más alto todavía. Y al exaltarlo, multiplicad vuestras fuerzas. No os rindáis, que no llegaréis al cabo.
31 ¿Quién lo vio para contarlo? ¿Y quién lo engrandecerá como es debido?
32 Cosas aún mayores quedan ocultas, que es poco lo que vemos de sus obras.
33 Porque el Señor ha hecho todas las cosas, y a los piadosos les da sabiduría.

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Introducción a Eclesiástico

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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