I Macabeos 2 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 70 versitos |
1 Por aquellos días surgió Matatías, hijo de Juan, hijo de Simeón, que era sacerdote del linaje de Joarib, oriundo de Jerusalén, y se estableció en Modín.
2 Tenía cinco hijos
3 Simón llamado Tasí;
4 Judas, llamado Macabeo,
5 Eleazar, llamado Avarán, Jonatán, llamado Afús.
6 Al ver las profanaciones que se cometían en Judá y en Jerusalén,
7 exclamó: "¡Ay de mí! ¿Para esto he nacido? ¿Para ver la ruina de mi pueblo y la ruina de la ciudad santa? ¿Y voy a quedarme aquí tranquilo, mientras es entregada en manos de enemigos, y el santuario en manos de extranjeros?
8 Ha venido a ser su templo como hombre sin honor;
9 los objetos que eran su gloria han sido arrebatados como botín; sus hijos han sido asesinados en sus plazas; sus jóvenes atravesados por espada enemiga.
10 ¿Qué pueblo no vino a heredar sus palacios, y no se apoderó de sus despojos?
11 Todo su esplendor le fue arrebatado; de libre que era, se ha convertido en esclava.
12 ¡Ved cómo el santuario, hermosura y gloria nuestra, ha quedado asolado, y cómo los gentiles lo han profanado!
13 ¿Para qué seguir viviendo?".
14 Matatías y sus hijos rasgaron sus vestiduras, se vistieron de sayal e hicieron gran duelo.
15 Los delegados del rey, los que forzaban a la apostasía, llegaron a la ciudad de Modín para exigir los sacrificios.
16 Muchos israelitas se unieron a ellos; pero Matatías y sus hijos hicieron grupo aparte.
17 Tomaron entonces la palabra los delegados del rey y hablaron así a Matatías: "Tú eres jefe ilustre y poderoso en esta ciudad, y tienes el apoyo de hijos y hermanos.
18 Adelántate, pues, el primero, y cumple el edicto del rey, como lo han hecho todos los pueblos, los hombres de Judá y los que han quedado en Jerusalén. Así tú y tus hijos seréis de los amigos del rey y os veréis galardonados con plata y oro y muchos regalos".
19 Respondió Matatías con voz firme: "Aun cuando todas las naciones de los dominios del rey le obedezcan y todos y cada uno se aparten del culto de sus padres para atenerse a los mandatos del rey,
20 yo, mis hijos y mis hermanos nos mantendremos en la alianza de nuestros padres.
21 ¡El cielo nos guarde de abandonar la ley y los preceptos!
22 No acataremos las órdenes del rey para desviarnos de nuestro culto a la derecha o a la izquierda".
23 Apenas acababa de pronunciar estas palabras cuando, a la vista de todos, se adelantó un judío para ofrecer un sacrificio sobre el altar de Modín, conforme al decreto del rey.
24 Al verlo Matatías, se inflamó en celo, se le estremecieron las entrañas y en un arrebato de justa ira corrió hacia él y lo degolló sobre el altar.
25 También mató en aquel mismo momento al funcionario del rey que obligaba a sacrificar por la fuerza, y demolió el altar.
26 Mostró su celo por la ley, como lo hizo Pinjás contra Zimrí, hijo de Salú.
27 Y luego Matatías, en medio de la ciudad, gritó a grandes voces: "Todo aquel que tenga celo por la ley y mantenga la alianza, que me siga".
28 Y él y sus hijos huyeron a los montes, abandonando cuanto tenían en la ciudad.
29 Por aquel entonces, muchos partidarios de la justicia y de la equidad bajaron al desierto y se establecieron allí,
30 con sus hijos, sus mujeres y sus ganados, porque arreciaban los males sobre ellos.
31 A los súbditos del rey y a las fuerzas que estaban en Jerusalén, en la Ciudad de David, les llegó la noticia de que habían bajado a los refugios del desierto ciertos individuos que habían quebrantado el mandato del rey.
32 Un fuerte contingente los persiguió, les dio alcance, acampó frente a ellos y se dispuso a trabar combate en día de sábado.
33 Les dijeron: "¡Basta ya! Salid, cumplid la orden del rey, y salvaréis la vida".
34 Ellos respondieron: "No saldremos ni cumpliremos la orden del rey de profanar el día del sábado".
35 Al instante fueron atacados,
36 pero ellos no les respondieron, ni les arrojaron una sola piedra, ni se atrincheraron en sus refugios,
37 sino que dijeron: "Muramos todos en nuestra inocencia. El cielo y la tierra nos son testigos de que nos hacéis perecer injustamente".
38 Fueron, pues, atacados en día de sábado. Y murieron ellos, sus mujeres, sus hijos y sus ganados
39 Enterados de lo sucedido, Matatías y sus amigos hicieron gran duelo por ellos.
40 Y se dijeron unos a otros: "Si todos hacemos como han hecho nuestros hermanos y no luchamos contra los gentiles por nuestras vidas y por nuestras costumbres, bien pronto nos exterminarán de la tierra".
41 Y en aquel mismo día tomaron esta decisión: "También en sábado lucharemos contra todos los que vengan a combatir contra nosotros, para no morir todos como murieron nuestros hermanos delante de sus refugios".
42 Entonces se les juntó un grupo de jasideos, hombres valientes de Israel, todos adictos a la ley.
43 Se unieron a ellos, además, y les prestaron apoyo todos cuantos buscaban un refugio de los males.
44 Así formaron un ejército y descargaron su ira contra los pecadores y su furor contra los hombres impíos. Los demás huyeron hacia los gentiles para ponerse a salvo.
45 Matatías y los suyos empezaron a hacer incursiones por el país y a derribar altares.
46 Circuncidaron por la fuerza a cuantos niños no circuncidados encontraron en el territorio de Israel.
47 Persiguieron a los insolentes y, con su esfuerzo, la empresa se vio coronada por el éxito.
48 Arrancaron la ley del poder de los gentiles y de los reyes, y no dejaron que triunfara el impío.
49 Se acercaban a su fin los días de Matatías. Y dijo a sus hijos: "Ahora imperan la insolencia y la reprobación, el tiempo de la ruina y el furor de la cólera.
50 Así pues, hijos, tened celo por la ley; y dad vuestra vida por la alianza de nuestros padres.
51 Recordad las hazañas de los padres, las que ellos llevaron a cabo en sus tiempos, y recibiréis inmensa gloria y nombre eterno.
52 ¿No fue hallado Abrahán fiel en la prueba, y le fue tenido en cuenta como justicia?
53 José, en el tiempo de su angustia, guardó la ley y llegó a ser dueño de Egipto.
54 Pinjás, nuestro padre, por su ardiente celo, recibió la alianza de un sacerdocio eterno.
55 Josué, por cumplir su cometido, llegó a ser juez de Israel.
56 Caleb, por haber dado testimonio en la asamblea, recibió en esta tierra su herencia.
57 David, por su piedad, recibió en herencia el trono real para siempre.
58 Elías, por arder en celo por la ley, fue arrebatado al cielo.
59 Ananías, Azarías, Misael, por haber tenido confianza, fueron salvados de las llamas.
60 Daniel, por su inocencia, se libró de las fauces de los leones.
61 Pensad, pues, que, en todas las edades, quienes en él confían no sucumben jamás.
62 No temáis amenazas de hombre impío, porque su gloria acaba en basura y gusanos.
63 Hoy está encumbrado y mañana no se le encuentra, porque volvió al polvo y sus planes se frustraron.
64 Hijos, sed hombres y manteneos firmes en la ley, porque por ello os cubriréis de gloria.
65 Mirad a Simeón, vuestro hermano. Sé que es hombre de consejo. Escuchadle siempre. Sea él vuestro padre.
66 Y Judas Macabeo, valiente desde su juventud, sea vuestro jefe del ejército y dirija la guerra contra los gentiles.
67 Atraeos a todos los que cumplen la ley y llevad a cabo la venganza de vuestro pueblo.
68 Dad a los gentiles su merecido y ateneos a los preceptos de la ley".
70 Murió el año ciento cuarenta y seis y fue sepultado en el sepulcro de sus padres, en Modín. Todo Israel hizo por él un gran duelo.
72 Después los bendijo y fue a reunirse con sus padres.

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Introducción a I Macabeos

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas