I Samuel 3 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 21 versitos |
1 Y el joven Samuel permanecía al servicio de Yahvéh bajo las órdenes de Eli. Era rara, por entonces la palabra de Yahvéh, ni eran frecuentes las visiones.
2 Cierto día, Eli estaba ya acostado en su aposento. Sus ojos habían comenzado a debilitarse y no podía ver.
3 No se había apagado todavía la lámpara de Dios, y Samuel se hallaba acostado en el santuario de Yahvéh, donde se hallaba el arca de Dios.
4 Yahvéh llamó a Samuel, el cual respondió: ¡Aquí estoy!
5 Fue en seguida adonde estaba Eli y le dijo: Aquí estoy, puesto que me has llamado. Pero él le dijo: Yo no te he llamado; vuelve a acostarte. Se fue y se acostó.
6 Yahvéh volvió a llamar otra vez: Samuel. Y Samuel se levantó, fue adonde estaba Eli y le dijo: Aquí estoy, puesto que me has llamado. Pero él le dijo: Yo no te he llamado, hijo mío, vuelve a acostarte.
7 Samuel no conocía todavía a Yahvéh, porque la palabra de Yahvéh aún no se le había revelado.
8 Volvió Yahvéh a llamar por tercera vez a Samuel, y éste se levantó, fue adonde estaba Eli y le dijo: Aquí estoy, puesto que me has llamado. Entonces comprendió Eli que era Yahvéh quien llamaba al muchacho,
9 y dijo a Samuel: Vete a acostarte; y si te llaman, dirás: Habla, Yahvéh ; que tu siervo escucha. Se fue Samuel y se acostó en su sitio.
10 Entró Yahvéh, se le puso delante y lo llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Y Samuel respondió: Habla, que tu siervo escucha.
11 Dijo entonces Yahvéh a Samuel: Mira, voy a realizar tal cosa en Israel, que a todo aquel que la oiga le retiñirán los oídos.
12 Aquel día ejecutaré contra Eli todo lo que anuncié a su casa, desde el principio hasta el fin.
13 Yo le anuncié que iba a condenar su casa para siempre, por la iniquidad que él conocía; a saber: que sus hijos despreciaban a Dios y no los corrigió.
14 Por eso he jurado a la casa de Eli que no será expiada jamás la iniquidad de la casa de Eli ni con sacrificios ni con ofrendas.
15 Samuel se quedó acostado hasta la mañana; después abrió las puertas de la casa de Yahvéh. Samuel temía manifestar a Eli la visión.
16 Pero Eli llamó a Samuel y le dijo: Samuel, hijo mío. Él le respondió: ¡Aquí estoy!
17 El le preguntó: ¿Qué es lo que te ha dicho? Te ruego que no me ocultes nada. ¡Que Dios te haga esto y te añada lo otro, si me ocultas algo de lo que él te ha dicho!
18 Entonces Samuel se lo manifestó todo, sin ocultarle nada. Dijo entonces Eli: ¡Él es Yahvéh! ¡Que haga lo que bien parezca a sus ojos!
19 Samuel iba creciendo, y Yahvéh estaba con él, de suerte que no dejó caer en tierra ninguna de sus palabras.
20 De este modo supo todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, que Samuel se había acreditado como profeta de Yahvéh.
21 Así volvió Yahvéh a manifestarse en Silo, porque era en Silo donde Yahvéh solía revelarse a Samuel mediante la palabra de Yahvéh.

Patrocinio

 
 

Introducción a I Samuel

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas