Ester  . 3,13

Y enviaron las cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, el trece del mes duodécimo, esto es, el mes de ador; y que sus bienes fueran dados al pillaje.

Éste es el texto de la carta: El gran rey Artajerjes a los jefes de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía, y a los gobernadores que le están sometidos, les escribe lo siguiente:
Puesto al frente de muchas naciones y siendo dueño del mundo entero, me he propuesto no dejarme llevar por la presunción del poder, sino gobernar siempre con moderación y suavidad, mantener en paz por todos los medios las vidas de mis súbditos, procurar el sosiego del reino y la segura circulación hasta las fronteras y restaurar la paz tan apetecida por todos los hombres.
Ahora bien, habiendo consultado con mis consejeros sobre cómo llevar esto a feliz término, el que se ha distinguido entre nosotros por recto juicio y se ha señalado invariablemente por la lealtad y segura fidelidad, el cual ha obtenido el segundo puesto en el reino, Hamán,
nos ha indicado que vive mezclado entre todas las tribus esparcidas por el mundo un pueblo hostil, contrario por sus leyes a toda nación, que quebranta continuamente los mandatos de los reyes, con el fin de que no se logre ¡a acción coordinada de la autoridad que de manera irreprochable venimos ejerciendo.
Habiendo, pues, reconocido que este pueblo tan singular se mantiene en abierta y absoluta oposición a todos los hombres, que se diferencia de los demás por la índole extraña de sus leyes, que es hostil a nuestros intereses, que comete los peores crímenes, y esto con el fin de que el reino no logre estabilidad,
ordenamos que todos los que han sido señalados en las cartas de Hamán, que es el encargado de nuestros negocios y nuestro segundo padre, sean exterminados de raíz, con sus mujeres e hijos, por la espada de sus enemigos, sin piedad ni miramiento alguno, el día catorce del mes duodécimo, el de adar, del presente año,
a fin de que esos perversos de antes y de ahora desciendan por muerte violenta al hades en un mismo día, y así aseguremos totalmente para el tiempo futuro la estabilidad y tranquilidad de los negocios.

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