Salmos 88 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 18 versitos |
1 Canto; salmo, de los hijos de Coré. Del director; al mahalat, para cantar. De Hernán el ezrahíta.

Señor, Dios de mi socorro, hacia ti clamo, día y noche.
2 Llegue a ti mi oración, inclina tus oídos a mi súplica.
3 Saturado estoy de males, y mi vida tocando en el seol;
4 se me cuenta entre los que bajan a la fosa, soy como hombre sin amparo.
5 Estoy dejado entre los muertos, igual que los difuntos que yacen en la tumba, de los que no vuelves a acordarte, separados que fueron de tu mano.
6 Me has arrojado en el profundo de la fosa, en las tinieblas abismales;
7 sobre mí se han aplanado tus enojos y con toda aflicción me has humillado. Selah
8 Alejaste de mí mis familiares, me hiciste abominable para ellos.
9 Confinado, no puedo ya salir, mis ojos languidecen de pesar; todo el día llamándote, Señor, tendiendo a ti mis manos.
10 ¿Haces, acaso, prodigios con los muertos, o se yerguen los difuntos a alabarte? Selah
11 ¿Se habla, acaso, de tus favores en la tumba, o de tu fidelidad en el averno?
12 ¿Se proclaman tus prodigios en las sombras y tu justicia en la tierra del olvido?
13 Por mi parte, Señor, mi clamor es hacia ti, mi oración marcha a tu encuentro a la mañana.
14 ¿Por qué, Señor, me arrojas, me ocultas tu presencia?
15 Yo soy pobre y apocado desde joven, de soportar tu enojo estoy entorpecido.
16 Tus furores me atropellan, tus sobresaltos me consumen:
17 como aguas me rodean todo el día, me asaltan todos a la vez.
18 Alejaste de mí amigo y compañero: mis allegados, las tinieblas.

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Introducción a Salmos

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas