1 Tomó Samuel el frasco del aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl; después lo besó y le dijo: ¿No es Yahvéh quien te ha ungido por príncipe de su pueblo Israel? Tú regirás al pueblo de Yahvéh y lo librarás del poder de los enemigos que le rodean. Y ésta será la señal de que Yahvéh te ha ungido por jefe de su heredad: |
2 Cuando hoy te alejes de mí, encontrarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en los confines de Benjamín, en Selsaj, los cuales te dirán: Ya han aparecido las asnas que fuiste a buscar. Tu padre ya no se preocupa del asunto de las asnas; pero está intranquilo por vosotros, y se pregunta: ¿Qué haré yo por saber de mi hijo? |
3 Y siguiendo adelante, cuando llegues a la encina del Tabor, te saldrán al paso tres hombres que suben hacia Dios, a Betel: uno llevará tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero un odre de vino. |
4 Te saludarán y te darán dos panes, que tú aceptarás de sus manos. |
5 Después llegarás a Guibá de Dios, donde hay una guarnición de filisteos; y al entrar en la ciudad, te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del lugar alto, precedidos de arpas, tambores, flautas y cítaras y arrebatados de entusiasmo profetice. |
6 Entonces te invadirá el espíritu de Yahvéh, y entrarás con ellos en arrebato profético, de suerte que te transformarás en otro hombre. |
7 Y cuando se cumplan estas señales, haz lo que se te presente a mano, porque Dios está contigo. |
8 Luego bajarás delante de mí a Guilgal, adonde yo bajaré a reunirme contigo, para ofrecer holocaustos y sacrificios pacíficos. Me esperarás durante siete días hasta que yo llegue y te dé a conocer lo que has de hacer. |
9 Y acaeció que apenas volvió las espaldas para separarse de Samuel, Dios le transformó el corazón, y se cumplieron aquel mismo día todas estas señales. |
10 En efecto, al llegar allí, a Guibá, le salió al encuentro un grupo de profetas; y el espíritu de Dios se apoderó de él y entró en medio de ellos en arrebato profetice |
11 Y todos los que lo conocían de antes, al verlo arrebatado de entusiasmo en medio de los profetas, se preguntaban unos a otros: ¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿También Saúl entre los profetas? |
12 Y respondió uno de los presentes: ¿ Y quién es el padre de ellos? Por eso quedó como proverbio: ¿También Saúl entre los profetas? |
13 Cuando cesó en su arrebato profético, se fue a casa. |
14 Un tío de Saúl preguntó a éste y a su criado: ¿Adonde habéis ido? Respondió: A buscar las asnas. Pero, al no hallarlas, nos fuimos a Samuel. |
15 Dijo entonces el tío de Saúl: Cuéntame, por favor, lo que os dijo Samuel. |
16 Saúl contestó a su tío: Nos indicó que ciertamente habían aparecido las asnas. Pero del asunto del reino no le manifestó lo que le había dicho Samuel. |
17 Samuel convocó al pueblo ante Yahvéh en Mispá, |
18 y dijo a los hijos de Israel: Así habla Yahvéh, Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto y os libré del poder de los egipcios y de todos los reinos que os oprimían. |
19 Pero vosotros habéis rechazado hoy a vuestro Dios, que es quien os salvó de todos vuestros males y tribulaciones, al decir: ¡No! Sino pon sobre nosotros un rey. Ahora, pues, presentaos ante Yahvéh por tribus y por familias. |
20 Hizo Samuel que comparecieran todas las tribus de Israel, y fue designada por la suerte la tribu de Benjamín. |
21 Hizo que se presentara la tribu de Benjamín por clanes, y fue designado por la suerte el clan de Matrí; hizo que comparecieran el clan de Matrí por individuos, y fue designado por la suerte Saúl, hijo de Quis. Lo buscaron, pero no lo hallaron. |
22 Consultaron entonces de nuevo a Yahvéh: ¿Ha llegado ya aquí ese hombre? Respondió Yahvéh: Está escondido entre los bagajes. |
23 Fueron en seguida a sacarlo de allí. Y cuando estuvo en medio del pueblo, sobresalía por su estatura sobre toda la gente del hombro para arriba. |
24 Samuel dijo entonces a todo el pueblo: ¿Veis al que ha elegido Yahvéh? No hay otro como él en todo el pueblo. Y todo el pueblo gritó: ¡Viva el rey! |
25 Luego Samuel proclamó ante el pueblo los derechos de la realeza y los consignó por escrito en un libro que puso delante de Yahvéh. Después despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa. |
26 También Saúl se fue a su casa, a Guibá, y lo acompañaron algunos guerreros, a quienes Dios les había tocado el corazón. |
27 Pero algunos hombres perversos dijeron: ¿Cómo nos va a salvar éste? Y lo despreciaron, y no le ofrecieron presente alguno. Pero él no se dio por enterado. |