Amos  7 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 17 versitos |
1 Esto me mostró el Señor Yahvéh: He aquí que él formaba langostas cuando empieza a crecer la otoñada, la otoñada que sigue a la siega del rey.
2 Cuando estaban terminando de comer la hierba de la tierra, dije: ¡Señor Yahvéh! ¡Perdona, por favor! ¿Cómo subsistirá Jacob? ¡Es tan pequeño!
3 Yahvéh se apiadó por mi intercesión. No sucederá, dijo Yahvéh.
4 Esto me mostró el Señor Yahvéh: He aquí al Señor Yahvéh, que llegaba a juzgar por el fuego: el fuego devoró el gran abismo y comenzaba a devorar el campo.
5 Yo dije entonces: ¡Señor Yahvéh, cesa, por favor! ¿Cómo subsistirá Jacob? ¡Es tan pequeño!
6 Yahvéh se apiadó por mi intercesión. Tampoco esto sucederá - dijo el Señor Yahvéh -.
7 Es(o me mostró el Señor Yahvéh: He aquí al Señor de pie junto a un muro levantado a plomo, quien tenía en su mano una plomada.
8 Yahvéh me dijo: ¿Qué ves, Amos? Respondí: Una plomada. El Señor dijo entonces: Aquí estoy yo para poner la plomada en medio de mi pueblo Israel: no le perdonaré ya más veces.
9 Los altos lugares de Isaac serán devastados, y los santuarios de Israel destruidos; yo me alzaré con la espada contra la casa de Yeroboam.
10 Entonces Amasias, sacerdote de Betel, mandó decir a Yeroboam, rey de Israel: Amos conspira contra ti en medio de la casa de Israel; el país no puede soportar más sus palabras.
11 Porque Amos ha dicho esto: A espada morirá Yeroboam, e Israel será deportado lejos de su tierra.
12 Amasias dijo a Amos: Vidente, marcha, retírate al país de Judá; allí comerás tu pan y allí profetizarás.
13 No continúes profetizando en Betel, porque es un santuario real y un templo nacional.
14 Amós respondió así a Amasias: Yo no era profeta, ni hijo de profeta, sino que soy vaquero y cultivador de sicómoros.
15 Pero Yahvéh me tomó de detrás del rebaño, y Yahvéh me dijo: Vete, profetiza a mi pueblo Israel.
16 ¡Ahora escucha la palabra de Yahvéh: Tú dices: No profetices contra Israel ni vaticines contra la casa de Isaac.
17 Pues bien, así dice Yahvéh: Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada, tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra impura, Israel será deportado lejos de su tierra.

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Introducción a Amos 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas