Genesis 21 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 34 versitos |
1 Yahvéh visitó a Sara, como había dicho, e hizo Yahvéh con Sara lo que le había prometido.
2 Sara concibió y dio a Abraham en su ancianidad un hijo al tiempo que le había fijado Dios.
3 Abraham dio el nombre de Isaac al hijo que le acababa de nacer, al que Sara había dado a luz.
4 Circuncidó Abraham a Isaac, su hijo, a los ocho días, como se lo había ordenado Dios.
5 Tenía Abraham cien años cuando le nació su hijo Isaac.
6 Dijo Sara: Cosa de risa me ha hecho Dios; todo el que se entere se reirá a cuenta mía.
7 Y añadió: ¿Quién habría de decir a Abraham que Sara había de amamantar hijos? Pues sí; le he dado en su ancianidad un hijo.
8 Creció el niño y fue destetado. Y dispuso Abraham un gran banquete el día en que fue destetado Isaac.
9 Vio Sara que el hijo de Agar, la egipcia, el que ésta había dado a Abraham, estaba jugando con su hijo Isaac,
10 y dijo a Abraham: Echa a esta esclava y a su hijo, pues no debe el hijo de esta esclava heredar con mi hijo, con Isaac.
11 Esto desagradó mucho a Abraham por tratarse de su hijo.
12 Pero dijo Dios a Abraham: No te desazones por lo del niño y tu esclava; en todo lo que te dijere Sara, escúchala, porque por el nombre de Isaac será llamada tu descendencia.
13 Pero también del hijo de la esclava haré una gran nación, por ser descendencia tuya.
14 Levantóse Abraham de madrugada, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar; y poniéndole el niño sobre la espalda, la despidió. Ella se fue, y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
15 Cuando se acabó el agua del odre, dejó al niño bajo un arbusto,
16 y fue a sentarse enfrente a la distancia de un tiro de arco, porque decía: No quiero ver morir al niño. Sentóse enfrente y lloró, a gritos.
17 Oyó Dios la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: ¿Qué te ocurre, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado la voz del niño desde el lugar donde él está.
18 Levántate, alza al niño, y tómalo de la mano, pues he de hacer de él una gran nación.
19 Dios le abrió los ojos a Agar, y le hizo ver un pozo de agua; fue, llenó el odre y dio de beber al niño.
20 Y Dios protegió al chico, que creció y habitó en el desierto, y llegó a ser tirador de arco.
21 Habitó en el desierto de Paran, y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.
22 Aconteció por aquel tiempo que Abimélek y Pikol, jefe de su ejército, hablaron a Abraham diciéndole: Dios está contigo en todo lo que haces.
23 Ahora, pues, júrame aquí por Dios que no me has de engañar ni a mí, ni a mi linaje, ni a mi posteridad, sino que procederás conmigo y con la tierra en la cual has morado como forastero con la misma benevolencia con que te he tratado.
24 Respondió Abraham: Lo juro.
25 Pero Abraham reconvino a Abimélek por causa de un pozo de agua que los siervos de Abimélek habían usurpado.
26 Respondió Abimélek: no sé quién ha hecho eso; tampoco tú me informaste de ello, ni yo lo había oído hasta hoy.
27 Tomó Abraham ganado menor y mayor y se lo dio a Abimélek, y ambos hicieron alianza.
28 Abraham apartó siete corderas del rebaño,
29 y preguntó Abimélek a Abraham: ¿Para qué son estas corderas que has puesto aparte?
30 Respondió: Para que las recibas de mi mano y me sirvan de prueba de que yo cavé este pozo.
31 Por eso llamó a aquel lugar Beerseba, porque allí juraron ambos;
32 hicieron, pues, una alianza en Beerseba. Se levantaron Abimélek y Pikol, jefe de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos.
33 Después plantó Abraham un tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Yahvéh, Dios eterno.
34 Y Abraham residió por mucho tiempo en el país de los filisteos.

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Introducción a Genesis

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas