Judith 14 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 19 versitos |
1 Díjoles Judit: "Escuchadme, hermanos. Tomad esta cabeza y colgadla de la almena de vuestra muralla.
2 Y después, cuando comience a brillar la aurora y salga el sol sobre la tierra, tomad cada uno vuestras armas de guerra y salid todos los valientes fuera de la ciudad. Nombrad un jefe como que vais a bajar a la llanura en dirección a los puestos de guardia de los asirios, pero no bajéis.
3 Ellos tomarán sus armas y se encaminarán a su campamento, a despertar a los jefes del ejército asirio. Correrán todos a la tienda de Holofernes, pero, al no hallarlo, cundirá el pánico entre ellos y huirán ante vosotros.
4 Entonces vosotros y todos los habitantes de toda la montaña de Israel los perseguiréis y los exterminaréis en su desbandada.
5 Pero antes de hacer esto, llamadme a Ajior, el amonita, para que vea y reconozca al que vilipendió la casa de Israel y lo envió a nosotros como a la muerte". Hicieron venir a Ajior de la casa de Ozías.
6 Cuando llegó y vio la cabeza de Holofernes en las manos de un hombre, en la asamblea del pueblo, cayó de bruces y se desvaneció.
7 Apenas lo reanimaron, se arrojó a los pies de Judit; se postró ante ella y exclamó: "¡Bendita seas tú en todas las tiendas de Judá y en todas las naciones, que, al oír tu nombre, se echarán a temblar!".
8 Y ahora cuéntame todo lo que has hecho en estos días. Judit le refirió, ante todo el pueblo, todo cuanto había hecho desde el día en que salió hasta el momento en que les estaba hablando.
9 Cuando concluyó, prorrumpió el pueblo en grandes ovaciones y un clamor de júbilo resonó en la ciudad.
10 Al ver Ajior todo cuanto había hecho el Dios de Israel, creyó de veras en Dios. Se circuncidó y quedó agregado a la casa de Israel hasta el día de hoy.
11 Apenas despuntó la aurora, colgaron de la muralla la cabeza de Holofernes. Todos los hombres tomaron sus armas y salieron, en grupos, hacia las subidas del monte.
12 Cuando los asirios los vieron, dieron aviso a sus oficiales, quienes fueron a comunicarlo a sus generales y comandantes y a todos sus jefes.
13 Llegaron a la tienda de Holofernes y dijeron al que estaba al frente de todos sus asuntos: "Despierta a nuestro señor, porque esos esclavos han tenido la osadía de bajar a combatir contra nosotros, para ser totalmente aniquilados".
14 Entonces entró Bagoas y sacudió la cortina de la tienda, pues suponía que él estaba durmiendo con Judit.
15 Como nadie dio señales de vida, entreabrió la cortina, entró en la alcoba y lo encontró tendido sobre el estrado, muerto y decapitado.
16 Prorrumpió en grandes alaridos, llanto y sollozos y se rasgó las vestiduras.
17 Entró luego en la tienda donde se alojaba Judit y, al no hallarla, salió corriendo hacia la gente, gritando:
18 "¡Los esclavos nos han traicionado! ¡Una sola mujer de los hebreos ha traído la vergüenza a la casa del rey Nabucodonosor! ¡Ahí está Holofernes en tierra y sin cabeza!".
19 Cuando los jefes del ejército asirio oyeron estas palabras se rasgaron las túnicas, hundidos en total desconcierto, y sus clamores y gritos resonaron por todo el campamento.

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Introducción a Judith

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas