Deuteronomio  26 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 19 versitos |
1 Cuando llegues a la tierra que Yahvéh, tu Dios, te va a dar en herencia, para que la poseas y habites en ella,
2 tomarás de las primicias de todos los frutos del suelo que coseches en la tierra que Yahvéh, tu Dios, te va a dar, los meterás en una cesta e irás al lugar que Yahvéh, tu Dios, haya elegido para que more en él su nombre.
3 Te presentarás al sacerdote que está en funciones aquellos días y le dirás: Declaro hoy a Yahvéh, tu Dios, que he entrado en el país que Yahvéh juró a nuestros padres darnos.
4 El sacerdote tomará la cesta de tu mano y la depositará ante el altar de Yahvéh, tu Dios;
5 y tomando de nuevo la palabra, dirás ante Yahvéh, tu Dios: Mi padre fue un arameo errante que bajó a Egipto, donde se estableció con unas pocas personas; pero allí se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa.
6 Después los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre.
7 Clamamos entonces a Yahvéh, el Dios de nuestros padres, y Yahvéh oyó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestra pena y nuestra opresión,
8 y nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo tenso, en medio de gran terror, señales y prodigios,
9 y nos introdujo en este lugar, dándonos este país, tierra que mana leche y miel.
10 Por eso he traído hoy las primicias de los frutos del suelo que tú, Yahvéh, me has dado. Y los dejarás ante Yahvéh, tu Dios, y te postrarás ante Yahvéh, tu Dios.
11 Y te regocijarás por todos los bienes que Yahvéh, tu Dios, te ha dado, a ti y a tu casa, y se regocijarán contigo el levita y el forastero que moren en medio de ti.
12 El tercer año, el año del diezmo, cuando hayas acabado de separar el diezmo de toda tu cosecha y lo hayas entregado al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, para que lo puedan comer en tu ciudad y saciarse,
13 dirás en presencia de Yahvéh, tu Dios: He retirado de casa lo que era sagrado; más aún, lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todos los mandamientos que me diste; no he traspasado ni olvidado ninguno de tus mandamientos.
14 Nada de ello he comido durante mi duelo; nada he consumido que fuera impuro; nada he ofrecido al muerto. He obedecido la voz de Yahvéh, mi Dios, y me he comportado en todo como tú me has mandado.
15 Desde los cielos, desde tu santa morada, contempla y bendice a Israel, tu pueblo, y a la tierra que nos has dado, conforme juraste a nuestros padres: un país que mana leche y miel.
16 Yahvéh, tu Dios, te manda hoy que pongas en práctica estos preceptos y estas normas; los guardarás y los pondrás en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.
17 Hoy has obligado a Yahvéh a que te diga que él será tu Dios; y tú te has obligado a seguir sus caminos, a guardar sus preceptos, sus mandatos y sus normas y a escuchar su voz.
18 Y Yahvéh te ha hecho decir hoy que serás su pueblo predilecto, conforme él te había dicho, y que guardarás todos sus mandamientos.
19 Yahvéh te exaltará por encima de todas las naciones que él ha hecho, en gloria, en fama y en esplendor, y serás un pueblo consagrado a Yahvéh, tu Dios, conforme él te ha dicho.

Patrocinio

 
 

Introducción a Deuteronomio 

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas