Nehemías 10 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 39 versitos |
1 En el documento sellado figuran nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes.
2 En el documento sellado figuraban: Nehemías, el gobernador, hijo de Jakalyá, y Sedéelas,
3 Serayáh, Azarías, Jeremías,
4 Pasjur, Amaryá, Malkiyá,
5 Jattús, Sebanyá, Malluk,
6 Jarim, Meremot, Obadyá,
7 Daniel, Guinnetón, Baruk,
8 MeSuHam, Abiyyá, Miyyamín,
9 Maazyá, Bilga y y Semayá. Éstos eran los sacerdotes.
10 Los levitas: Yesúa, hijo de Azanyá; Binnuy, de los hijos de Jenadad; Qadmiel,
11 y sus hermanos Sebanyá, Hodiyyá, Quelitá, Pelayá, Janán,
12 Miká, Rejob, Sebanyá,
13 Zakkur, Serebyá, Sebanyá,
14 Hodiyyá, Baní y Beninú.
15 Los jefes del pueblo: Paros, PajatMoab, Elam, Zattú, Baní,
16 Bunní, Azgad, Bebay,
17 Adoniyyá, Bigvay, Adín,
18 Ater, Ezequías, Azzur,
19 Hodiyyá, Jasum, Besay,
20 Jarif, Anatot, Nebay,
21 Magpiás, MesuHam, Jezir,
22 Mesezabel, Sadoq, Yaddúa,
23 Pelatyá, Janán, Anayá,
24 Hosea, Jananyá, Jassub,
25 HaHojés, Piljá, Sobeq,
26 Rejum, Jasabná, Maaseyá,
27 Ajiyyá, Janán, Anán,
28 MaHuk, Jarim y Baaná.
29 Los demás del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los netineos y todos los que se habían separado de las gentes del país para seguir la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y todos los que tenían uso de razón,
30 se asociaron a sus hermanos y a los principales, y convinieron con ellos por juramento en vivir conforme a la ley de Dios, transmitida por Moisés, siervo de Dios, y en guardar y poner por obra todos los mandamientos de Yahvéh, nuestro Señor, sus normas y sus leyes,
31 y en no dar a nuestras hijas a las gentes del país ni tomar sus hijas para nuestros hijos;
32 en no comprar nada en sábado o en día santo a las gentes del país que traigan para vender mercancías o cualquier clase de comestibles en día de sábado, y en renunciar a la cosecha el año séptimo y a toda clase de deudas.
33 Nos impusimos también la obligación de dar un tercio de siclo al año para el servicio del templo de nuestro Dios,
34 para los panes de la proposición, para el holocausto perpetuo de los sábados y novilunios, para las solemnidades, para las cosas sagradas, para los sacrificios por el pecado en expiación por Israel, y para toda la obra del templo de nuestro Dios.
35 Echamos suertes - los sacerdotes, los levitas y el pueblo - sobre la ofrenda de leña que habían de traer nuestras casas paternas al templo de nuestro Dios en tiempos determinados, cada año, para quemarla sobre el altar de Yahvéh, nuestro Dios, como está escrito en la ley.
36 Nos comprometimos también a traer cada año al templo de Yahvéh las primicias de nuestra tierra, las de los frutos de todos los árboles,
37 y los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, según está escrito en la ley, así como también los primogénitos de nuestro ganado mayor y menor, destinados al templo de nuestro Dios, ante los sacerdotes que ejercen el ministerio en la casa de nuestro Dios.
38 Y nos comprometimos también a traer las primicias de nuestra harina, las del fruto de todos los árboles, las del mosto y del aceite, para los sacerdotes, para las cámaras del templo de nuestro Dios, así como el diezmo de nuestras posesiones y ganancias para los levitas, quienes recogerán el diezmo en todas las ciudades de labranza.
39 Un sacerdote, descendiente de Aarón, irá con los levitas cuando éstos recojan el diezmo. Y los levitas subirán la décima parte del diezmo al templo de nuestro Dios, a las cámaras del tesoro, pues a esas cámaras han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví las ofrendas de trigo, de mosto y de aceite. Allí están los utensilios del santuario, de los sacerdotes de servicio, de los porteros y de los cantores. No nos olvidaremos más del templo de nuestro Dios.

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Introducción a Nehemías

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas