Genesis 31 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 55 versitos |
1 Oyó Jacob que los hijos de Labán decían: Jacob se ha apoderado de todo lo que era de nuestro padre, y con lo de nuestro padre ha hecho él toda esa fortuna.
2 Se percató Jacob de que la actitud de Labán hacia él no era ya la misma de antes.
3 Yahvéh dijo entonces a Jacob: Vuelve a la tierra de tus padres y a tu parentela. Yo estaré contigo.
4 Envió a llamar, pues, a Raquel y a Lía para que fueran al campo donde él se hallaba con su ganado,
5 y les dijo: Veo que la actitud de vuestro padre hacia mí no es la misma de antes; pero el Dios de mi padre está conmigo.
6 Vosotros sabéis que he servido a vuestro padre con todas mis fuerzas,
7 y que vuestro padre se ha burlado de mí, cambiando diez veces mi salario; pero Dios no le ha permitido que me dañase.
8 Si él decía: Las reses moteadas serán tu salario, todo el rebaño paría moteadas; y si decía: Las listadas serán tu salario, todo el rebaño paría listadas.
9 Así quitó Dios a vuestro padre el ganado y me lo ha dado a mí.
10 Sucedió que al tiempo que el ganado estaba en celo, yo alcé los ojos y vi en sueños que los machos que cubrían a las ovejas eran listados, moteados y manchados.
11 Y el ángel de Yahvéh me dijo en el sueño: Jacob; y yo le respondí: Heme aquí.
12 Y prosiguió: Alza tus ojos y mira: todos los machos que cubren las ovejas son listados, moteados y manchados, porque yo he visto todo lo que Labán ha hecho contigo.
13 Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste una estela y donde me hiciste aquel voto. Ahora, pues, levántate, sal de esta tierra, y vuelve a la tierra de tu parentela.
14 Raquel y Lía le respondieron: ¿Tenemos acaso parte o herencia en la casa de nuestro padre?
15 ¿No hemos sido consideradas por él como extrañas, pues que nos vendió, y hasta se ha comido lo que sacó de nuestra venta?
16 Toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; haz, pues, ahora todo lo que Dios te ha dicho.
17 Se levantó Jacob e hizo montar a sus hijos y a sus mujeres sobre los camellos.
18 Se llevó consigo todo su ganado y todos los bienes que había adquirido - el ganado de su propiedad que se había procurado en PaddánAram -, y se encaminó a casa de Isaac, su padre, a la tierra de Canaán.
19 Mientras Labán había ido al esquileo de su rebaño, Raquel hurtó los terafim de su padre.
20 Jacob engañó a Labán, el arameo, ocultándole que se disponía a huir.
21 Y así pudo fugarse con todo cuanto tenía. Se levantó, pues, vadeó el río y se dirigió a la montaña de Galaad.
22 Al tercer día dijeron a Labán que Jacob había huido.
23 Entonces Labán tomó consigo a sus hermanos, y persiguió a Jacob durante siete días de camino, hasta darle alcance en la montaña de Galaad.
24 Pero Dios se apareció a Labán, el arameo, en sueños, durante la noche, y le dijo: Guárdate de hablar a Jacob ni en bien ni en mal.
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob en el monte donde éste había asentado su tienda; Labán, con los suyos, asentó también la suya en el monte de Galaad.
26 Dijo Labán a Jacob: ¿Qué es lo que has hecho? Me has engañado y te has llevado a mis hijas como cautivas de guerra.
27 ¿Por qué te escapaste a escondidas y me has engañado? ¿Por qué me lo has ocultado? Yo te hubiera despedido con alegría y con cantares, con timbales y cítaras.
28 Ni me dejaste siquiera besar a mis hijos y a mis hijas. En verdad has obrado neciamente.
29 Mi mano tiene sobrado poder para haceros mal, pero el Dios de tu padre me habló anoche diciéndome: Guárdate de hablar con Jacob ni en bien ni en mal.
30 Ahora bien, si tú te has ido porque tenías nostalgia de la casa de tu padre, ¿por qué has robado mis dioses?
31 Respondió Jacob y dijo a Labán: Es que temía, pues me dije que quizá podrías quitarme por la fuerza a tus hijas.
32 Pero aquel en quien hallares tus dioses, no quedará con vida. Busca tú mismo en presencia de nuestros hermanos, y cuanto sea tuyo, tómalo. No sabía Jacob que Raquel los había sustraído.
33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la de Lía y en la de las dos siervas, y no halló nada. Salió de la tienda de Lía y entró en la de Raquel.
34 Pero Raquel había tomado los terafim, los había colocado en la albarda del camello y se había sentado sobre ellos. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no halló nada.
35 Dijo ella a su padre: No se enoje mi señor si no puedo levantarme ante ti, pues me pasa lo que suele llegar a las mujeres. Y rebuscó Labán, y no halló los terafim.
36 Entonces Jacob se encolerizó y recriminó a Labán. Tomó Jacob la palabra y dijo a Labán: ¿Qué crimen es el mío? ¿En qué he faltado para que así te ensañes persiguiéndome?
37 Has registrado todas mis cosas, y ¿qué has hallado de todos los objetos de tu casa? Muéstralo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen ellos entre nosotros dos.
38 Mira, he pasado veinte años contigo; tus ovejas y tus cabras no abortaron, y no me he comido los corderos de tu rebaño.
39 Jamás te traje res despedazada por las fieras; yo compensaba su pérdida. Lo que había sido hurtado de día o de noche, tú me lo' reclamabas.
40 Durante el día me consumía el calor, y de noche la helada; y huía de mis ojos el sueño.
41 He vivido veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis por tus rebaños, y diez veces cambiaste mi salario.
42 Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el Terror de Isaac no hubiera estado conmigo, seguramente que me hubieras dejado ir de vacío. Dios ha visto mi congoja y la fatiga de mis manos, y se ha pronunciado la pasada noche.
43 Respondió Labán y dijo a Jacob: Estas hijas, hijas mías son, y sus hijos son mis hijos. Este ganado es ganado mío. Cuanto ves, mío es. ¿Qué podría yo hacer hoy a estas hijas mías o a los hijos que ellas dieron a luz?
44 Ven, pues, y concluyamos yo y tú una alianza que sirva de testimonio entre los dos.
45 Jacob tomó una piedra y la erigió como estela.
46 Y dijo a sus hermanos: Recoged piedras. Las reunieron, las amontonaron y comieron allí sobre el montón.
47 Labán lo llamó Yegar sahadutá, y Jacob le dio el nombre de Gale'ed.
48 Y dijo Labán: Que este montón sea hoy testigo entre nosotros dos. Por eso se le llamó Gale'ed,
49 y también Mispah, porque dijo: Que vele Yahvéh entre los dos cuando nos hayamos alejado el uno del otro,
50 pero si maltratas a mis hijas y si además de ellas tomas otras mujeres, mira que, aunque no haya nadie con nosotros, Dios es testigo entre los dos.
51 Dijo además Labán a Jacob: He aquí este montón y la estela que he erigido entre nosotros dos.
52 Testigo será este montón y testigo la estela, de que yo no pasaré más allá de este montón, y de que tú no pasarás del lado mío más acá de este montón y de esta estela para hacerme mal.
53 El Dios de Abraham y el Dios de Najor, el Dios de su padre, juzgue entre nosotros. Juró Jacob por el Terror de Isaac, su padre;
54 y ofreció Jacob un sacrificio en el monte, e invitó a sus hermanos a comer el pan. Comieron y pasaron la noche en el monte.
55 Se levantó Labán de madrugada, besó a sus hijos y a sus hijas y los bendijo. Luego partió y volvió a su lugar.

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Introducción a Genesis

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas