Proverbios 16 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 33 versitos |
1 El hombre propone en su corazón, pero es Yahvéh quien da la respuesta.
2 A los ojos del hombre, su conducta es pura; pero Yahvéh sondea los espíritus.
3 Encomienda tus obras a Yahvéh, y tus proyectos se lograrán.
4 Todo lo hizo Yahvéh con un fin: aun al malvado para el día de la miseria.
5 Yahvéh abomina el corazón altanero; jamás quedará éste sin castigo.
6 Con bondad y fidelidad se expía la culpa, con el temor de Yahvéh se evita el mal.
7 Si Yahvéh se complace en la conducta de un hombre, lo reconciliará con sus mismos enemigos.
8 Más vale poco con justicia que grandes ganancias sin rectitud.
9 El corazón del hombre traza su camino, pero es Yahvéh quien dirige sus pasos.
10 Un oráculo son los labios del rey; cuando juzga, su boca no yerra.
11 La balanza y sus platillos son de Yahvéh, suyas son todas las pesas del saco.
12 Los reyes abominan las malas acciones, pues el trono se apoya en la justicia.
13 El rey se complace en los labios justos y estima a quien habla con rectitud.
14 La cólera del rey es presagio de muerte, pero el hombre sabio la mitiga.
15 La luz en el rostro del rey es vida, su favor es como lluvia de primavera.
16 Adquirir sabiduría vale más que el oro, adquirir inteligencia es mejor que la plata.
17 El camino de los justos es evitar el mal; quien vigila sus pasos guarda su vida.
18 La arrogancia precede a la ruina, la altivez de espíritu precede al fracaso.
19 Más vale ser humilde con los pobres que repartir botín con los soberbios.
20 Quien atiende a la palabra encuentra la dicha. ¡Feliz quien confía en Yahvéh!
21 El sabio de corazón es llamado inteligente, la dulzura en el hablar aumenta la persuasión.
22 La prudencia es fuente de vida en quien la posee; el castigo de los necios es su necedad.
23 El corazón del sabio pone prudencia en su boca y aumenta la persuasión de sus labios.
24 Panal de miel son las palabras amables: delicia para el alma, solaz para el cuerpo.
25 Hay caminos que parecen rectos, pero al fin conducen a la muerte.
26 El hambre del obrero trabaja para él, pues su boca le sirve de estímulo.
27 El hombre protervo labra la ruina, lleva en sus labios fuego abrasador.
28 El hombre perverso provoca reyertas, el calumniador divide a los amigos.
29 El hombre violento seduce a su prójimo, lo lleva por caminos no buenos.
30 Quien cierra los ojos maquina engaños, quien aprieta los labios ya hizo el mal.
31 Cabellos blancos son corona de gloria: en la senda de la justicia se la encuentra.
32 Más vale saber sufrir que ser héroe, ser dueño de sí que conquistar una ciudad.
33 Sobre el pecho se echan las suertes, pero es Yahvéh quien da la decisión.

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Introducción a Proverbios

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas