Ezequiel  7 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 27 versitos |
1 La palabra de Yahvéh me fue dirigida en estos términos:
2 Y tú, hijo de hombre, di: Así dice el Señor Yahvéh al país de Israel: El fin ha llegado, ha llegado el fin a los cuatro confines del país.
3 Ahora el fin te ha llegado, porque desencadenaré mi ira contra ti, te juzgaré según tu conducta y haré recaer sobre ti todas tus abominaciones.
4 No me apiadaré ni tendré compasión, sino que haré recaer sobre ti tu conducta, y todas tus abominaciones estarán presentes ante ti; y sabréis que yo soy Yahvéh.
5 Así dice el Señor Yahvéh: ¡Desgracia única! ¡Ya llega la desgracia!
6 ¡El fin llega, llega el fin, ya te acecha, he aquí que ya llega!
7 Llega para ti el desenlace, habitante del país; llega el tiempo, está cerca el día, el día de terror, y no de júbilo, en las montañas.
8 Ahora, en seguida volcaré mi furor sobre ti, desahogaré del todo mi ira contra ti, te juzgaré según tu conducta y haré recaer sobre ti todas tus abominaciones.
9 No me apiadaré ni tendré compasión; te trataré según tu conducta, y tus abominaciones estarán presentes ante ti; y sabréis que yo, Yahvéh, soy quien hiere.
10 He aquí el día, mirad que ya llega; viene el desenlace, florece la injusticia, germina la insolencia.
11 La violencia reemplaza al cetro impío; nada quedará de ellos, ni de su riqueza, ni de su tumulto. No habrá en ellos eminencia.
12 Llega el tiempo, se acerca el día; no se alegre el comprador ni se aflija el vendedor, porque la ira pesa sobre toda la multitud.
13 El vendedor no recobrará lo vendido, aunque continúe su vida entre los vivos, porque la visión contra toda la multitud no será revocada, y nadie, por su iniquidad, podrá conservar su vida.
14 Tocarán la trompeta y todo estará pronto, pero nadie irá a la guerra, porque mi ira pesa sobre toda la multitud.
15 La espada por fuera, y la peste y el hambre por dentro; quien esté en el campo a espada morirá, y a quien esté en la ciudad el hambre y la peste lo devorarán.
16 Los supervivientes huirán, andarán por los montes, como las palomas de los valles, gimiendo todos ellos por su iniquidad.
17 Todas las manos se enervarán, y todas las rodillas chorrearán agua.
18 Se ceñirán de cilicio, los cubrirá el terror; en todas las caras, la vergüenza; y en todas las cabezas, la calvicie.
19 Su plata tirarán en las calles, y su oro de estiércol servirá. Su plata y su oro no podrán salvarlos en el día de la ira de Yahvéh. No saciarán su apetito ni llenarán su vientre, porque fueron ocasión de su pecado.
20 De sus bellas alhajas hicieron alarde y fabricaron con ellas sus abominables imágenes, sus ídolos; por eso se las convertiré en estiércol.
21 Botín haré de ellas en manos de extranjeros, y despojo para los malvados del país, que las profanarán.
22 Apartaré de ellos mi rostro y profanarán mi tesoro; entrarán en él bandidos y lo profanarán.
23 Prepara las cadenas, porque el país está lleno de hechos sangrientos, la ciudad está repleta de violencia.
24 Por eso traeré a las naciones más crueles para que ocupen sus casas; así haré cesar el orgullo de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
25 Vendrá la angustia, buscarán la paz y no la habrá.
26 Desgracia tras desgracia vendrá, y alarma tras alarma; buscarán del profeta una visión, habrá desaparecido del sacerdote la enseñanza y de los ancianos el consejo.
27 El rey hará duelo, el príncipe se vestirá de estupor, temblarán las manos del pueblo del país. Según su conducta los trataré, y según sus juicios los juzgaré; y sabrán que yo soy Yahvéh.

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Introducción a Ezequiel 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas