Jueces 7 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 25 versitos |
1 Madrugó Yerubbaal, es decir, Gedeón, y todo el pueblo que con él estaba, y acamparon junto a EnJarod; mientras que el campamento de Madián quedaba a su lado norte, junto a la colina de Moré, en el valle.
2 Dijo entonces Yahvéh a Gedeón: Es demasiada gente la que tienes para que entregue yo en tus manos a los madianitas; no sea que se gloríe Israel a costa mía, diciendo: Mi propia mano es la que me ha salvado.
3 Pregona, pues, a oídos del pueblo: El que tenga miedo y tiemble, que se vuelva y se retire por la montaña de Galaad. Volviéronse veintidós mil hombres del pueblo, y quedaron diez mil.
4 Pero Yahvéh dijo a Gedeón: Todavía es demasiada gente; hazlos bajar al agua, y allí te los someteré a prueba. Aquel del que yo te diga: Éste irá contigo, éste efectivamente irá contigo; mientras que todo aquel del que te diga: Éste no irá contigo, ése no irá.
5 Hizo, pues, Gedeón que el pueblo bajara al agua; y dijo Yahvéh a Gedeón: Los que laman el agua con la lengua, como los perros, ponlos aparte de los que doblen la rodilla para beber.
6 Y resultó que el número de los que lamieron el agua llevándola con las manos a la boca, fue de trescientos hombres, mientras que todo el resto de la gente dobló sus rodillas para beber agua.
7 Dijo entonces Yahvéh a Gedeón: Con los trescientos hombres que han lamido el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos. En cuanto a todos los demás, que se vaya cada uno a su lugar.
8 Tomaron del pueblo cántaros y trompetas en sus manos, mientras Gedeón despachó a todos los demás hombres de Israel a sus tiendas respectivas, y se quedó con aquellos trescientos hombres. El campamento de Madián estaba abajo, en el valle.
9 Aquella misma noche Yahvéh le habló así: Levántate y baja al campamento, porque lo voy a entregar en tus manos.
10 Y si temes bajar solo, que baje contigo al campamento Pura, tu siervo,
11 y escucha lo que hablan; pues se fortalecerán tus manos para luego atacar al campamento. Descendió, pues, con Pura, su siervo, hasta el extremo de las avanzadillas que había en el campamento.
12 Los madianitas, los amalequitas y todos los hijos de oriente habían caído sobre el valle, numerosos como langostas, y sus camellos eran innumerables, como las arenas de las orillas del mar.
13 Al llegar Gedeón, un hombre contaba a su compañero un sueño, diciéndole: He tenido un sueño: una hogaza de pan de cebada rodaba por el campamento de Madián; llegó hasta la tienda y, al chocar con ella, la derribó, la volvió de arriba abajo y la tienda cayó.
14 Respondió su compañero: Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Yoás, el israelita; Dios ha entregado en sus manos a Madián y todo el campamento.
15 Al oír Gedeón el relato del sueño y su interpretación, se postró, volvió luego al campamento de Israel y dijo: ¡Arriba; que Yahvéh ha entregado en vuestras manos el campamento de Madián!
16 Dividió a los trescientos hombres en tres grupos, entregó a todos ellos trompetas y cántaros vacíos, con teas dentro de los cántaros.
17 Y les dijo: Miradme a mí y haced como yo. Cuando yo llegue al extremo del campamento haced lo que yo haga.
18 Cuando yo y todos los que me acompañan toquemos la trompeta, tocadla también vosotros alrededor de todo el campamento, y gritad: ¡Por Yahvéh y por Gedeón!
19 Llegó, pues, Gedeón con sus cien hombres al extremo del campamento al empezar la vela de media noche, justamente cuando acababan de relevar a los centinelas; tocaron las trompetas y rompieron los cántaros que llevaban en las manos.
20 Los tres grupos hicieron sonar las trompetas y rompieron los cántaros; y tomando las teas con la mano izquierda y las trompetas con la derecha, las hacían sonar y gritaban: ¡La espada, por Yahvéh y por Gedeón!
21 Se mantuvieron, cada uno en su puesto, alrededor del campamento, mientras todos los del campamento corrían, gritaban y buscaban la huida.
22 Mientras los trescientos hombres tocaban las trompetas, Yahvéh hacía que, en el campamento, unos volvieran las espadas contra otros; y todos los del campamento huyeron hasta BethaSittá, hacia Sarerá, hasta la ribera de AbelMejolá, frente a Tabbat.
23 Entonces se reunieron los israelitas venidos de Neftalí, Aser y Manases, y persiguieron a los de Madián.
24 Gedeón despachó mensajeros por toda la montaña de Efraím, con esta consigna: Bajad al encuentro de Madián y ocupad antes que ellos los vados hasta BetBará y el Jordán. Todos los hombres de Efraím se reunieron y ocuparon los vados hasta BetBará y el Jordán.
25 Se apoderaron de dos príncipes de Madián, Oreb y Zeeb: dieron muerte a Oreb en la roca de Oreb, y mataron a Zeeb en el lagar de Zeeb. Siguieron luego en persecución de Madián, y llevaron las cabezas de Oreb y Zeeb a Gedeón, al otro lado del Jordán.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas