Eclesiástico 31 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 31 versitos |
1 El insomnio por la riqueza consume la salud; sus preocupaciones quitan el sueño.
2 La preocupación aleja las ganas de dormir; como enfermedad grave que genera insomnio.
3 Se fatiga el rico amasando riquezas, y cuando descansa se harta de sus placeres.
4 Se fatiga el pobre por hallar sustento, y si descansa se encuentra en la miseria.
5 Quien ama el oro, no se verá exculpado; quien persigue el lucro, por él se perderá.
6 Muchos se arruinaron por causa del oro; pusieron su esperanza en las perlas, pero no escaparon a la desgracia ni se libraron el día de la ira.
7 Es una trampa para quienes le hacen sacrificios; todo insensato quedará atrapado en ella.
8 Dichoso el rico de conducta irreprensible, y que no va tras las riquezas.
9 ¿Quién es y le felicitaremos, pues hizo maravillas en su pueblo?
10 ¿Quién fue puesto a prueba y la superó? Será para él motivo de gloria. ¿Quién pudo prevaricar y no prevaricó? ¿Quién hacer el mal y no lo hizo?
11 Sus bienes quedarán asegurados, y la asamblea pregonará su munificencia.
12 ¿Te has sentado a mesa importante? No despegues los labios. Y no digas: "¡Cuánta abundancia!".
13 Recuerda que es cosa mala la avidez. ¿Hay cosa creada más codiciosa que el ojo? Por eso llora ante cualquier cosa.
14 Allí donde otro mira, no extiendas la mano; no choques con él en el mismo plato.
15 Juzga al prójimo como a ti mismo; y en todo asunto obra con reflexión.
16 Sírvete de lo que te pongan delante, no seas glotón y quedarás en buen lugar.
17 Termina el primero por educación; no seas insaciable y no te despreciarán.
18 Si sois muchos a la mesa, no extiendas la mano antes que los demás.
19 Al hombre educado con poco le basta. En su lecho respira sin ahogo.
20 Sueño saludable para estómago parco; se levanta temprano y es dueño de s. Fatiga de insomnio, náuseas y cólicos esperan al hombre insaciable.
21 Si te viste forzado a comer en demasía, levántate, vomita lejos y tendrás descanso.
22 Escúchame, hijo, y no me desprecies; al final comprenderás mis palabras. En todas tus obras sé moderado y no te vendrá enfermedad alguna.
23 Al que da espléndidos banquetes todos le elogian y la fama de su generosidad es duradera.
24 La ciudad murmura del tacaño en sus banquetes y la fama de su ruindad es duradera.
25 No te hagas el valiente con el vino; que el vino echó a perder a muchos.
26 El horno pone a prueba el temple del acero; y el vino los corazones soberbios en contienda.
27 Como vida es el vino para el hombre, si lo bebes con moderación. ¿Qué vida es cuando falta el vino, creado para gozo del espíritu?
28 Alegría del corazón y regocijo del alma: eso es el vino bebido a su tiempo y con medida.
29 Amargura de alma es el vino bebido en exceso, con excitación y con pasos en falso.
30 La embriaguez acrecienta el furor del necio hasta hacerle caer; se queda sin fuerza y con heridas.
31 En banquete con vino no reprendas al prójimo; no lo desprecies cuando está alegre. No le digas palabra injuriosa; no lo enojes con reclamaciones.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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