Jeremías  50 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 46 versitos |
1 Palabra que dijo Yahvéh acerca de los caldeos, por medio del profeta Jeremías.
2 Anunciadlo en las naciones, pregonadlo, levantad una señal, publicadlo, no lo ocultéis. Decid: Ha sido tomada Babilonia, Bel está avergonzado, Marduk desmayó, sus estatuas están avergonzadas, sus ídolos aterrados.
3 Porque sube del norte una nación contra ella que hará de su país un desierto, y no quedará en ella un habitante. Tanto los hombres como los animales han huido, emigraron.
4 En aquellos días, en aquel tiempo- oráculo de Yahvéh -, vendrán los hijos de Israel y con ellos los hijos de Judá: caminando y llorando vendrán, buscarán a Yahvéh, su Dios.
5 Preguntarán por Sión con sus rostros dirigidos hacia aquí: Venid, unámonos a Yahvéh con una alianza eterna, inolvidable.
6 Ovejas perdidas, eso era mi pueblo. Sus pastores las habían descarriado haciéndolas vagar por las montañas. Del monte al collado caminaban olvidando su majada.
7 Cuantos las hallaban las devoraban, y sus enemigos decían: No somos culpables, porque pecaron contra Yahvéh, Yahvéh, pastizal de justicia y esperanza de sus padres.
8 Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos. Sed como machos cabríos al frente del rebaño.
9 Porque mirad: yo mismo suscito y hago subir contra Babel a un grupo de grandes naciones del país del septentrión, que se alinearán frente a ella y por allí será tomada. Sus flechas, como las de guerrero experto, ninguna vuelve vacía.
10 Caldea será entregada al saqueo: todos sus saqueadores se hartarán- oráculo de Yahvéh -.
11 Exultad, pues; sí, regocijaos, expoliadores de mi heredad; brincad como becerros en la otoñada, relinchad como los sementales.
12 Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Mirad la última de las naciones: desierto, aridez, estepa.
13 Por la ira de Yahvéh no está habitada, toda ella es una paramera. Todo el que pase por Babel se espantará y silbará ante todas sus calamidades.
14 Alineaos frente a Babel en derredor, todos los que entesáis el arco; disparadle, no ahorréis ni una flecha porque ha pecado contra Yahvéh ;
15 dad alaridos frente a ella en derredor. Ella tiende su mano; sus habitantes se desploman, se derruyen sus murallas. Es la venganza de Yahvéh ; vengaos de ella. Como ella hizo, hacedle a ella.
16 Exterminad de Babel al sembrador, al que maneja la hoz al tiempo de la siega. Ante la espada destructora cada uno vuelve a su pueblo, cada uno huye a su país.
17 Oveja descarriada era Israel; los leones la espantaron. El primero que la devoró fue el rey de Asiría. El último que la deshuesó fue Nabucodonosor, rey de Babilonia.
18 Por eso, así dice Yahvéh Sebaot, Dios de Israel: Mirad: voy a castigar al rey de Babel y a su país como castigué al rey de Asiría.
19 A Israel lo volveré a su pastizal, para que paste en el Carmelo y en BaSán, y se harte en la montaña de Efraím y en Galaad.
20 En aquellos días y en aquel tiempo- oráculo de Yahvéh -, se buscará la culpa de Israel y no existirá, y los pecados de Judá y no se hallarán, porque perdonaré al resto que yo deje.
21 Sube al país de Meratáyim, sube contra él, y contra los habitantes de Peqod. Mata y ejecuta el anatema con ellos- oráculo de Yahvéh -, y haz según todo lo que te ordeno,
22 iGrito de guerra en el país! ¡Desastre inmenso!
23 ¡Ay, cómo se ha roto y se ha quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Ay, cómo se ha vuelto un horror Babilonia entre las naciones!
24 Te pusiste un lazo y a ti misma te cazaste, Babilonia, sin que te dieras cuenta; has sido sorprendida y apresada, porque atacaste a Yahvéh.
25 Abrió Yahvéh su arsenal, y sacó las armas de su ira. Porque obra del Señor Yahvéh Sebaot es ésta en el país de los caldeos.
26 Venid contra ella del extremo confín, abrid sus graneros, amontonadla como una parva, entregadla al anatema, que no le quede resto alguno.
27 Descabezad todos sus toros: que bajen al matadero ¡Ay de ellos!, pues ha llegado su día, el tiempo de su castigo.
28 Escuchad a los fugitivos y evadidos del país de Babel, que anuncian en Sión la venganza de Yahvéh, nuestro Dios, la venganza de su templo.
29 Convocad frente a Babel arqueros, todos los que entesan el arco. Acampad frente a ella en derredor; que no le quede escape posible. Pagadle de acuerdo con sus obras, de acuerdo con todo lo que hizo, haced con ella, porque se insolentó contra Yahvéh, contra el Santo de Israel.
30 Por eso caerán en sus plazas sus jóvenes, y todos sus guerreros enmudecerán en aquel día- oráculo de Yahvéh -.
31 Heme aquí contra ti, insolencia- oráculo del Señor Yahvéh Sebaot -, porque ha llegado tu día, el tiempo en que yo te castigue.
32 Tropezará la insolencia y caerá, y no habrá quien la levante. Prenderé fuego a sus ciudades, y devorará todos sus alrededores.
33 Así dice Yahvéh Sebaot: Están oprimidos los hijos de Israel, y con ellos los hijos de Judá. Todos los que los deportaron los retienen, rehúsan soltarlos.
34 Pero su redentor es poderoso, Yahvéh Sebaot es su nombre. Juzga con acierto su causa, para tranquilizar al mundo e intranquilizar a los habitantes de Babel.
35 ¡Espada sobre los caldeos- oráculo de Yahvéh -, y sobre los moradores de Babel y sobre sus jefes y sus sabios!
36 ¡Espada sobre los adivinos, para entontecerlos! ¡Espada sobre sus guerreros, para que se asusten!
37 ¡Espada sobre sus caballos y sus carros y sobre la población mixta que hay en ella, para que se vuelvan mujeres! ¡Espada sobre sus tesoros, para que sean saqueados!
38 ¡ Espada sobre sus aguas, para que se sequen! Porque es un país de ídolos, y por los fetiches se vuelven locos.
39 Por eso, gatos salvajes morarán con chacales, y se alojarán en ella avestruces. Nunca jamás volverá a ser habitada ni poblada de generación en generación.
40 Como cuando Dios destruyó a Sodoma, a Gomorra y a sus vecinas - oráculo de Yahvéh -: No habitará allí hombre alguno ni residirá en ella ningún ser humano.
41 Mirad: un pueblo viene del norte, una gran nación y reyes numerosos avanzan desde los confines de la tierra.
42 Manejan arco y venablo, son crueles y sin compasión. Como el bramido del mar es su estruendo. Montan caballos alineados como un solo hombre para la batalla contra ti, hija de Babel.
43 Cuando oyó el rey de Babel la noticia, desfallecieron sus manos; la angustia se apoderó de él, dolor como de parturienta.
44 Mirad: como sube un león de la espesura del Jordán a un pastizal regado, así en un instante los ahuyentaré de allí, y escogeré sus carneros más selectos. Porque ¿quién como yo? ¿Quién me citará a juicio? ¿Quién es el pastor que resistirá ante mí?
45 Por eso, oíd el proyecto que Yahvéh proyecta sobre Babilonia, y los planes que planea sobre el país de los caldeos: Juro que los arrastrarán como a los más pequeños del rebaño. Juro que el pastizal se horrorizará por ellos.
46 Al grito de Babel está tomada, tiembla la tierra, y el clamor se oye en las naciones.

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Introducción a Jeremías 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas