Isaías 66 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 24 versitos |
1 Así dice Yahvéh: El cielo es mi trono, y la tierra el escabel de mis pies. ¿Cuál será el templo que edificaréis para mí y cuál el lugar de mi descanso?
2 Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son mías - dice Yahvéh -. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito que tiembla a mi palabra.
3 Quien inmola un toro, también mata a un hombre; quien sacrifica una oveja, también desnuca a un perro; quien ofrece libación, también ofrece sangre de cerdo; quien presenta incienso, también alaba a un ídolo. Como ellos eligen sus propios caminos y su alma se complace en sus horrores,
4 también yo elijo sus ultrajes y traigo sus temores sobre ellos; pues llamé y nadie respondió, hablé y no me escucharon; hicieron lo malo a mis ojos y lo que no me agrada eligieron.
5 Escuchad la palabra de Yahvéh, los que tembláis a su palabra: Dicen vuestros hermanos que os odian, que os rechazan por causa de mi nombre: ¡Muestre su gloria Yahvéh y veamos vuestra alegría! Pero ellos quedarán avergonzados.
6 ¡Escuchad! Estruendo en la urbe. ¡Escuchad! En el templo. ¡Escuchad! Es Yahvéh, que ajusta las cuentas a sus enemigos.
7 Antes de sentir los dolores dio a luz; antes de venirle los espasmos dio a luz un niño.
8 ¿Quién oyó cosa parecida? ¿Quién vio cosa semejante? ¿Nace un país en un solo día? ¿Es dado a luz un pueblo de una sola vez? Pues apenas sintió los dolores Sión dio a luz a sus hijos.
9 ¿Abriría yo la matriz y no dejaría dar a luz? - dice Yahvéh -. Yo, que hago dar a luz, ¿cerraré la matriz? - dice tu Dios -.
10 Alegraos con Jerusalén y jubilad por ella, todos los que la amáis; alegraos por ella, gozosos, todos los que hacéis duelo por ella;
11 para que maméis a sus pechos y os hartéis de sus consuelos; para que chupéis y os solacéis de su seno glorioso.
12 Porque así dice Yahvéh: Aquí estoy yo dirigiendo hacia ella, como un río, la paz; y como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Mamaréis; en el regazo seréis llevados, y acariciados sobre las rodillas.
13 Como uno a quien su madre consuela, así os consolaré yo: en Jerusalén seréis consolados.
14 Lo veréis y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos germinarán corrió el césped. Se manifestará la mano de Yahvéh a sus siervos, y su cólera a sus adversarios.
15 Pues mirad que Yahvéh avanza en el fuego y sus carros como el torbellino, para desfogar con furor su ira y su indignación con llamas de fuego.
16 Porque Yahvéh va a juzgar con el fuego y con su espada a todo mortal, y muchas serán las víctimas de Yahvéh.
17 Los que santifican y se purifican para entrar en los jardines detrás de uno que está en el medio, los que comen carne de cerdo, cosas abominables y ratas, a una serán exterminados- dice Yahvéh -.
18 Pero yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas: y ellas vendrán y verán mi gloria.
19 Pondré entre ellas una señal y enviaré salvados de ellas a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, a MéSek y RoS, a Tubal y Yavan, y a las islas lejanas que no han tenido noticia de mí ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria en las naciones.
20 Y también de entre ellos tomaré como sacerdotes y como levitas- dice Yahvéh -.
21 Traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones, como oblación a Yahvéh, en caballos, en carros y en literas, en mulos y en dromedarios, a mi santa montaña, a Jerusalén- dice Yahvéh -, como traen los hijos de Israel la oblación en vasos puros al templo de Yahvéh. '
22 Pues como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecen ante mí - dice Yahvéh -, así permanecerá vuestra estirpe y vuestro nombre.
23 Y de luna nueva en luna nueva y de sábado en sábado vendrá todo mortal a postrarse ante mí - dice Yahvéh -.
24 Y cuando salgan, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí, pues no morirá su gusano, ni su fuego se apagará, y serán un horror para todo mortal.

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Introducción a Isaías

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas