Isaías 5 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 30 versitos |
1 Voy a cantar a mi amado la canción de mi amigo a su viña. Una viña tenía mi amado en una campiña muy pingüe.
2 La cavó y despedregó, la plantó de cepa selecta. Construyó una torre en su centro, y aún excavó en ella un lagar. Esperaba que diera uvas, y produjo agraces.
3 Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, juzgad, pues, entre mí y entre mi viña:
4 ¿Qué hacer aún a mi viña que yo no hiciera en ella? ¿Por qué esperé que diera uvas y ha dado agraces?
5 Ahora quiero exponeros lo que voy a hacer a mi viña: quitar su seto para que sirva de pasto; desportillar su tapia para que sirva de andada.
6 Haré de ella un erial: no se podará ni escardará, crecerán cardos y abrojos; mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.
7 La viña de Yahvéh Sebaot es la casa de Israel; y los hombres de Judá, el plantel de sus delicias. Esperaba imparcialidad y mirad: ¡complicidad! Esperaba justicia y mirad: ¡injusticia!
8 ¡Ay de quienes juntan casa con casa y unen campo con campo hasta no dejar sitio y habitar ellos solos en medio del país!
9 A mis oídos gritó Yahvéh Sebaot: Sí, muchas casas serán asoladas; grandes y hermosas, pero sin habitantes.
10 Diez yugadas de viña darán sólo un bat; y un jómer de semilla dará sólo un efá.
11 ¡Ay de quienes madrugan en busca de licores; y de quienes trasnochan hasta que el vino los enciende!
12 Sólo hay cítaras y arpas, panderetas y flautas, y vino en sus banquetes; pero no miran la acción de Yahvéh, la obra de sus manos no la ven.
13 Por eso mi pueblo va al destierro por falta de atención: sus nobles, muertos de hambre; su plebe, abrasada de sed.
14 Por eso ensancha sus fauces el Seol, abre su boca sin medida: allí bajará su nobleza y su plebe, con su bullicio y sus regocijos.
15 Abatido será el hombre, será humillado el mortal; los ojos altivos serán humillados.
16 Pero Yahvéh Sebaot es ensalzado en el juicio; el Dios santo se muestra santo en la justicia.
17 Corderos pacerán como en su pastizal, y cebados cabritos comerán en las ruinas.
18 ¡Ay de quienes arrastran la culpa con cuerdas de falsedad, y el pecado como con sogas de carreta!
19 Y dicen: ¡Que acelere, que apresure su obra para que la veamos; que se acerque y llegue el plan del Santo de Israel para que lo conozcamos!
20 ¡Ay de quienes llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo! De la oscuridad hacen luz y de la luz oscuridad; convierten lo amargo en dulce y lo dulce en amargo.
21 ¡Ay de quienes se tienen por sabios y de quienes se creen sagaces!
22 ¡Ay de los valientes en beber vino, de los campeones en mezclar licores;
23 de los que absuelven al culpable por soborno y quitan al inocente la razón!
24 Por eso, cual la lengua de fuego devora el rastrojo y el heno se consume en la llama, su raíz se convertirá en podredumbre y su flor subirá como el polvo. Pues despreciaron la ley de Yahvéh Sebaot, desdeñaron la palabra del Santo de Israel.
25 Por eso se encendió la ira de Yahvéh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las montañas. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Con todo esto, no se calmó su ira, y su mano está aún extendida.
26 Alzará una enseña a un pueblo lejano, le silbará desde el extremo de la tierra; mirad: llega rápido, ligero;
27 en él no hay cansado, no hay vacilante, nadie se adormenta, nadie se duerme, nadie se desabrocha el cinturón de la cintura, nadie se desata el cordón de los zapatos.
28 Están aguzadas sus flechas, todos sus arcos tensos; los cascos de sus caballos se dirían de pedernal, y las ruedas de sus carros torbellino.
29 Tiene un rugido como de leona, ruge como los cachorros; bramando agarra la presa, la retiene, y no hay quien se la arranque.
30 Bramará contra él, aquel día, como brama el mar. Se mirará a la tierra, y no habrá más que densas tinieblas, pues la luz se oscureció con nubarrones.

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Introducción a Isaías

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas