II Reyes  12 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 21 versitos |
1 Subió al trono en el año séptimo de Yehú, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibyá, de Beerseba.
2 Yoás hizo, durante toda su vida lo que es recto a los ojos de Yahvéh, conforme a la instrucción que le había dado el sacerdote Yoyadá.
3 No obstante, no desaparecieron los lugares altos, y el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.
4 Yoás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero de las ofrendas sagradas que entra en el templo de Yahvéh: el dinero corriente de cada individuo, el de las tasas personales y todo lo que a voluntad aporta cada uno al templo de Yahvéh,
5 lo recibirán los sacerdotes - cada uno de sus conocidos - y ellos se encargarán de reparar los desperfectos del templo, donde quiera que se encuentre alguno.
6 Pero en el año veintitrés del rey Yoás, los sacerdotes no habían reparado aún los desperfectos del templo.
7 Entonces llamó el rey Yoás al sacerdote Yoyadá y a los demás sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no habéis reparado los desperfectos del templo? En adelante, no recibiréis ya dinero de vuestros conocidos, sino que lo entregaréis para la reparación del templo.
8 Accedieron los sacerdotes a no recibir dinero del templo y a no encargarse de reparar los desperfectos del templo.
9 El sacerdote Yoyadá tomó un arca, abrió en la tapa un agujero y la colocó junto al altar, a la derecha, según se entra al templo de Yahvéh. Y los sacerdotes encargados de la custodia del umbral echaban allí todo el dinero llevado al templo de Yahvéh.
10 Cuando veían que había mucho dinero en el arca, subía el secretario del rey, y él y el sumo sacerdote recogían y contaban todo el dinero encontrado en el templo de Yahvéh.
11 Luego, una vez contado, lo entregaban a los capataces de la obra, a los encargados de la reparación del templo de Yahvéh ; los cuales lo distribuían a los carpinteros y constructores que trabajaban en el templo de Yahvéh,
12 a los albañiles y canteros, para comprar madera y piedras labradas con que reparar los desperfectos del templo de Yahvéh, o sea, para todos los gastos de reparación del templo.
13 Pero con el dinero que entraba en el templo de Yahvéh no se hacían para el templo de Yahvéh vasijas de plata, ni cuchillos, ni aspersorios, ni trompetas, ni utensilios de oro ni de plata,
14 sino que se entregaba a los encargados de las obras, para que con él repararan él templo de Yahvéh.
15 Y no se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos se entregaba el dinero para darlo a los que realizaban las obras, porque actuaban con fidelidad.
16 El dinero del sacrificio por el delito y el del sacrificio por el pecado no ingresaba en el templo de Yahvéh, pues era para los sacerdotes.
17 Por entonces, Jazael, rey de Aram, subió a combatir contra Gat, y se apoderó de ella. Luego se dispuso a subir contra Jerusalén.
18 Pero Yoás, rey de Judá, tomó todas las cosas sagradas que habían ofrecido Yosafat, Yoram y Ocozías, sus antepasados, reyes de Judá, las que había ofrecido él mismo y todo el oro que se pudo hallar en el tesoro del templo de Yahvéh y en el del palacio real, y lo envió a Jazael, rey de Aram, el cual desistió de subir contra Jerusalén.
19 »Los restantes hechos de Yoás, todo cuanto hizo, ¿no están consignados en el libro de los Anales de los reyes de Judá?
20 Se insurreccionaron sus súbditos, y tramaron una conjura. Y mataron a Yoás en el palacio de MiHo cuando bajaba a SiHá.
21 Sus servidores, Yozabad, hijo de Simat, y Yozabad, hijo de Somer, lo hirieron, y murió. Fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. Y le sucedió en el trono su hijo Amasias.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas