Eclesiástico 48 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 25 versitos |
1 Surgió El as, profeta igual que fuego; su palabra brillaba como antorcha.
2 Hizo venir contra ellos el hambre, y en su celo diezmó su número.
3 Por la palabra del Señor cerró el cielo he hizo bajar tres veces el fuego.
4 ¡Cuán glorioso fuiste, El as, con tus prodigios! ¿Quién pretenderá parecerse a ti?
5 Tú que sacaste a un muerto de la muerte y del hades por la palabra del Altísimo;
6 tú que precipitaste a reyes en la ruina y a hombres gloriosos de su estrado;
7 tú que oíste en Sinaí el reproche, y en Horeb decretos de castigo;
8 tú que ungiste reyes que se vengaran y profetas que fueran tus sucesores;
9 tú que fuiste arrebatado en torbellino de fuego, en carro de ígneos caballos;
10 tú que fuiste designado para anunciar amenazas futuras, para aplacar la cólera antes de su estallido, para reconciliar a padres con hijos y restablecer las tribus de Jacob.
11 ¡Dichosos los que te vieron y los que murieron en el amor! Porque también nosotros ciertamente viviremos.
12 Cuando El así fue arrebatado en el torbellino, Eliseo quedó lleno de su espíritu; jamás en su vida temió a príncipe alguno, ni nadie dominó sobre él.
13 Nada le fue difícil, hasta en el sueño de la muerte profetizó su cuerpo.
14 En su vida hizo prodigios, y después de muerto fueron sus obras admirables.
15 A pesar de todo, no se arrepintió el pueblo, ni se apartaron de sus pecados; hasta que fueron llevados cautivos lejos de su tierra, y dispersados por todas las naciones.
16 Sólo quedó un pueblo reducido con un príncipe en la casa de David. Algunos hicieron lo que es grato a Dios, pero los demás multiplicaron los pecados.
17 Ezequías fortificó su ciudad, e introdujo el agua en su interior. Excavó con el hierro la roca, y construyó depósitos para las aguas.
18 En sus días subió Senaquerib quien envió a Rabsaqués. Éste partió; levantó su mano contra Sión, y se mostró orgulloso y arrogante.
19 Entonces temblaron sus corazones y sus manos, y sintieron dolores como mujer en parto.
20 Invocaron al Señor misericordioso y tendieron hacia él sus manos. El Santo los escuchó desde el cielo y los rescató al instante por mano de Isa as.
21 Hirió al campamento de los asirios, y su ángel los exterminó.
22 Porque Ezequías hizo lo que es grato al Señor, y se mantuvo firme en los caminos de su padre David, como le había recomendado el profeta Isa as, grande y fiel en sus visiones.
23 En sus días el sol retrocedió, y prolongó la vida al rey.
24 Con espíritu poderoso vio el futuro y consoló a los afligidos de Sión.
25 Anunció el porvenir hasta el punto final, y lo secreto antes de que sucediera.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas