Ester  3 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 15 versitos |
1 Después de estos sucesos, el rey Asuero engrandeció a Hamán, hijo de Hammedatá, del país de Agag, y lo ensalzó; y puso su sitial por encima de todos los grandes que estaban con él.
2 Todos los servidores del rey que estaban a la puerta del rey, se arrodillaban y se postraban ante Hamán, pues así había mandado el rey respecto de él. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ni se postraba.
3 Y los servidores del rey que estaban a la puerta del rey dijeron a Mardoqueo: ¿Por qué quebrantas tú la orden del rey?
4 Y sucedió que, como se lo dijeran un día tras otro y no les hiciera caso, lo denunciaron a Hamán, para ver si Mardoqueo se mantenía en su actitud, pues ya les había indicado que él era judío.
5 Hamán vio que Mardoqueo no se arrodillaba ni se postraba ante él, y se llenó de ira.
6 Y no se contentó con la idea de poner la mano sólo sobre Mardoqueo, pues ya le habían indicado el pueblo de Mardoqueo, sino que resolvió exterminar también a todos los judíos que había en todo el reino de Asuero, esto es, al pueblo de Mardoqueo.
7 El primer mes, que es el mes de nisán, del año doce del rey Asuero, se echó el pur, esto es, la suerte, en presencia de Hamán, día por día y mes por mes, hasta el duodécimo, que es el mes de adar.
8 Y dijo Hamán al rey Asuero: Hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, cuyas leyes difieren de las de todos los pueblos, pero este pueblo no cumple las leyes del rey. No conviene al rey dejarlos en paz.
9 Si parece bien al rey, que se dicte un decreto para exterminarlos; y yo entregaré diez mil talentos de plata en manos de los funcionarios de la hacienda para ponerlos en el erario del rey.
10 Entonces el rey se quitó de su dedo el anillo y se lo dio a Hamán, hijo de Hammedatá, del país de Agag, el enemigo de los judíos.
11 Y el rey dijo a Hamán: Quede para ti la plata; y por lo que se refiere a ese pueblo, haz de él lo que bien te parezca.
12 El día trece del primer mes fueron convocados los secretarios del rey, y se escribió exactamente, según las órdenes de Hamán, a los sátrapas del rey, a los gobernadores de cada provincia y a los grandes de cada pueblo, a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo según su lengua. Y se escribió en nombre del rey Asuero y se selló con el anillo real.
13 Y enviaron las cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, el trece del mes duodécimo, esto es, el mes de ador; y que sus bienes fueran dados al pillaje.

Éste es el texto de la carta: El gran rey Artajerjes a los jefes de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía, y a los gobernadores que le están sometidos, les escribe lo siguiente:
Puesto al frente de muchas naciones y siendo dueño del mundo entero, me he propuesto no dejarme llevar por la presunción del poder, sino gobernar siempre con moderación y suavidad, mantener en paz por todos los medios las vidas de mis súbditos, procurar el sosiego del reino y la segura circulación hasta las fronteras y restaurar la paz tan apetecida por todos los hombres.
Ahora bien, habiendo consultado con mis consejeros sobre cómo llevar esto a feliz término, el que se ha distinguido entre nosotros por recto juicio y se ha señalado invariablemente por la lealtad y segura fidelidad, el cual ha obtenido el segundo puesto en el reino, Hamán,
nos ha indicado que vive mezclado entre todas las tribus esparcidas por el mundo un pueblo hostil, contrario por sus leyes a toda nación, que quebranta continuamente los mandatos de los reyes, con el fin de que no se logre ¡a acción coordinada de la autoridad que de manera irreprochable venimos ejerciendo.
Habiendo, pues, reconocido que este pueblo tan singular se mantiene en abierta y absoluta oposición a todos los hombres, que se diferencia de los demás por la índole extraña de sus leyes, que es hostil a nuestros intereses, que comete los peores crímenes, y esto con el fin de que el reino no logre estabilidad,
ordenamos que todos los que han sido señalados en las cartas de Hamán, que es el encargado de nuestros negocios y nuestro segundo padre, sean exterminados de raíz, con sus mujeres e hijos, por la espada de sus enemigos, sin piedad ni miramiento alguno, el día catorce del mes duodécimo, el de adar, del presente año,
a fin de que esos perversos de antes y de ahora desciendan por muerte violenta al hades en un mismo día, y así aseguremos totalmente para el tiempo futuro la estabilidad y tranquilidad de los negocios.
14 El texto de este escrito debía ser promulgado como ley en cada una de las provincias y dado a conocer a todos los pueblos a fin de que estuvieran preparados para aquel día.
15 Los correos partieron apresuradamente según la orden del rey. El decreto fue promulgado en la ciudadela de Susa. Y mientras el rey y Hamán se sentaban a beber, la ciudad de Susa quedó consternada.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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