Exodo  34 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 35 versitos |
1 Después apartaré mi mano y verás mi espalda; pero mi rostro no se podrá ver.
2 Dijo Yahvéh a Moisés: Tállate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré en ellas las palabras que había en las primeras tablas que rompiste.
3 Prepárate para mañana: de madrugada subirás al monte Sinaí y allí esperarás en la cima del monte.
4 Que nadie suba contigo ni se vea nadie en todo el recinto del monte; ni ganado menor ni mayor pazca en las proximidades de este monte.
5 Talló Moisés dos tablas de piedra como las primeras y, levantándose de madrugada, subió al monte Sinaí como se lo había ordenado Yahvéh, llevando en las manos las dos tablas de piedra.
6 Yahvéh descendió en la nube y estuvo allí con él; y Moisés invocó el nombre de Yahvéh.
7 Entonces pasó Yahvéh delante de él y gritó: Yahvéh, Yahvéh, Dios compasivo y misericordioso, tardo a la ira y rico en gracia y fidelidad;
8 que guarda su benevolencia hasta la milésima generación; que tolera culpas, transgresiones y pecados, pero que no deja nada impune y castiga la falta de los padres en los hijos, y en los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
9 Moisés cayó en seguida de rodillas en el suelo, y adoró.
10 Y dijo: Ahora, mi Señor, si he hallado gracia a tus ojos, dígnese mi Señor caminar en medio de nosotros; pues, ciertamente, éste es un pueblo de dura cerviz. Pero tú perdonarás nuestras faltas, nuestros pecados, y harás de nosotros tu heredad.
11 Respondió Yahvéh: Yo concluiré una alianza. Yo realizaré a la vista de todo el pueblo maravillas, cuales no han sido hechas jamás en toda la tierra ni en nación alguna, para que todo el pueblo que está en torno a ti vea la obra de Yahvéh ; porque es terrible lo que yo voy a hacer por medio de ti.
12 Cumple, pues, lo que yo voy a ordenarte en este día. Arrojaré de delante de ti a los amorreos, a los cananeos, a los hittitas, a los perizeos, a los jivveos y a los yebuseos.
13 Guárdate de pactar con los habitantes del país en el que vas a entrar, no sea que se conviertan en un lazo para ti.
14 Por el contrario, derribad sus altares, romped sus estelas y cortad sus oseras.
15 No te postres delante de otro dios, porque Yahvéh tiene por nombre celoso, es un Dios celoso.
16 No concluyas alianza con los habitantes del país, no sea que, cuando se prostituyan ellos ante sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten a ti y tú comas de sus sacrificios,
17 y tomes sus hijas para mujeres de tus hijos; porque al prostituirse sus hijas ante sus propios dioses, pueden arrastrar a tus hijos a que se prostituyan a su vez ante los dioses de ellas.
18 No te harás dioses de metal fundido.
19 Guardarás la fiesta de los ázimos; durante siete días comerás los ázimos, como te he ordenado, en el tiempo prescrito del mes de abib, pues en el mes de abib saliste tú de Egipto.
20 Todo el que abre el seno materno, mío es; igualmente, todo primogénito macho de tu ganado mayor y menor.
21 Rescatarás el primogénito del asno por una cabeza de ganado menor. Si no lo rescatas, lo desnucarás. Rescatarás todo primogénito de tus hijos; y nadie se presentará ante mí con las manos vacías.
22 Seis días trabajarás, mas en el día séptimo descansarás; aun en tiempos de arada y de recolección has de descansar.
23 Celebrarás la fiesta de las semanas: la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la recolección al final del año.
24 Todo varón tuyo comparecerá tres veces al año delante del Señor Yahvéh, Dios de Israel;
25 pues cuando yo arroje a las naciones de delante de ti y dilate tus fronteras, nadie codiciará tu tierra mientras subes a presentarte ante Yahvéh, tu Dios, tres veces al año.
26 No ofrecerás con pan fermentado la sangre de mi sacrificio; ni se dejará por la noche, hasta la mañana siguiente, la víctima de la fiesta de pascua.
27 Llevarás a la casa de Yahvéh, tu Dios, lo mejor de las primicias de tu tierra. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. '
28 Dijo después Yahvéh a Moisés: Escribe estas palabras, porque a tenor de las mismas he concluido una alianza contigo y con Israel.
29 Moisés se quedó con Yahvéh cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua, y escribió en las tablas las palabras de la alianza, las diez palabras.
30 Al descender Moisés del monte Sinaí llevaba las dos tablas del testimonio en sus manos, y no sabía él que la tez de su rostro resplandecía por haber conversado con Yahvéh.
31 Aarón y todos los hijos de Israel, al mirar a Moisés, vieron que la tez de su rostro resplandecía, y tuvieron miedo de acercársele.
32 Moisés los llamó, y Aarón y todos los jefes de la comunidad llegáronse a él, y Moisés les habló.
33 Después se acercaron todos los hijos de Israel, y él les ordenó todo lo que Yahvéh le había hablado en el monte Sinaí.
34 Apenas acabó de hablarles, puso Moisés un velo sobre su rostro.
35 Cuando Moisés entraba a la presencia de Yahvéh para conversar con él, quitábase el velo hasta que salía. Al salir comunicaba a los hijos de Israel lo que se le había ordenado;

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Introducción a Exodo 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas