Daniel  7 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 28 versitos |
1 En el año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones en su mente mientras estaba en el lecho. Después escribió el sueño. Comienzo del relato.
2 Daniel tomó la palabra y dijo: Estaba yo observando durante mi visión nocturna, y de pronto vi que los cuatro vientos del cielo agitaban el gran mar,
3 y que cuatro bestias enormes, distintas una de otra, salían del mar.
4 La primera era semejante a un león y tenía alas de águila. Seguí observando, y de pronto vi que le fueron arrancadas las alas, y que fue levantada de la tierra, que se puso de pie sobre sus patas, como un hombre, y que se le dio un corazón de hombre.
5 Luego vi otra bestia, la segunda, semejante a un oso. Estaba levantada sobre un lado y tenía tres costillas en sus fauces, entre sus dientes; y le decían: Levántate y devora carne en abundancia.
6 Después seguí observando, y de pronto vi otra bestia, semejante a una pantera, que llevaba cuatro alas de ave en el dorso. Esta bestia tenía cuatro cabezas, y le fue dado el poder.
7 A continuación seguí observando en la visión nocturna, y de pronto vi una cuarta bestia, terrible, espantosa, extraordinariamente fuerte. Tenía enormes dientes de hierro; comía y trituraba, y aplastaba las sobras con sus patas. Era muy distinta de todas las bestias anteriores y tenía diez cuernos.
8 Estaba fijándome en los cuernos, y de pronto vi que otro cuerno pequeño despuntó entre ellos y que le fueron arrancados por delante de él tres de los cuernos primeros. Noté, además, que este cuerno tenía unos ojos como los de un hombre, y una boca que decía grandes cosas.
9 Seguí mirando y vi que fueron colocados unos tronos y un anciano de días se sentó. Su vestido era blanco como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana; su trono eran llamas de fuego; sus ruedas eran ascua encendida.
10 Un río de fuego corría, salía de delante de él. Miles de millares le servían, miríadas de miríadas estaban de pie ante él. Se sentó al tribunal y fueron abiertos los libros.
11 Seguía yo aún observando, atraído por el ruido de las grandes cosas que el cuerno decía; y, mientras yo miraba, fue matada la bestia, y su cuerpo destruido y arrojado a las llamas de fuego.
12 A las otras bestias les fue quitado el poder, pero les fue prolongada la vida hasta un tiempo y un momento determinados.
13 Continué observando en la visión nocturna, y de pronto vi que, con las nubes del cielo, venía como un hijo de hombre; avanzó hacia el anciano de días, a cuya presencia fue llevado.
14 A él se le dieron dominio, gloria e imperio; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino es un reino que no perecerá.
15 Yo, Daniel, quedé turbado en mi espíritu a causa de esto, y las visiones de mi mente me aterraron.
16 Me acerqué a uno de los que estaban allí de pie y le rogué que me dijera la verdad acerca de todo aquello. Él me respondió y me dio a conocer la interpretación de aquellas cosas.
17 Esas cuatro bestias enormes son cuatro reyes que surgirán en la tierra.
18 Mas los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán eternamente y por los siglos de los siglos.
19 Después quise saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era distinta de todas las demás, extraordinariamente terrible, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce; que comía y trituraba, y luego aplastaba las sobras con sus patas;
20 y acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro que despuntaba, ante el cual habían caído los tres primeros, aquel que tenía ojos y una boca que decía grandes cosas y cuya apariencia era mayor que la de sus compañeros.
21 Estaba yo observando y de pronto vi que este cuerno hacía la guerra a los santos y los vencía,
22 hasta que vino el anciano de días y se hizo justicia a los santos del Altísimo, y llegó al tiempo en que los santos tomaron posesión del reino.
23 Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino que habrá en la tierra, distinto de todos los reinos. Devorará toda la tierra, la aplastará y la triturará.
24 Y los diez cuernos serán diez reyes de este reino que surgirán, y después de ellos se alzará otro; que será distinto de los anteriores y derribará a los tres reyes.
25 Proferirá palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo los hará perecer, e intentará cambiar los tiempos y la ley. Los santos serán entregados en sus manos por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.
26 Pero se celebrará el juicio y en él le será quitado su dominio, para que sea destruido y aniquilado del todo.
27 El reino y el dominio y la grandeza de los reinos bajo el cielo serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los imperios le servirán y le obedecerán.
28 Hasta aquí el relato. Yo, Daniel, quedé horrorizado de mis pensamientos, palidecí y guardé la cosa en mi corazón.

Patrocinio

 
 

Introducción a Daniel 

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas