1 El Señor creó al hombre de la tierra, y de nuevo le hizo volver a ella. |
2 Les dio días contados y tiempo fijo; y les concedió el dominio de las cosas de la tierra. |
3 Los revistió de un poder como el suyo mismo, y los hizo a su propia imagen. |
4 A todo ser viviente le infundió su temor, para que él dominara a aves y bestias. |
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6 Les dio consejo y lengua, ojos y oídos y un corazón para entender. |
7 Los llenó de saber y de inteligencia; y les dio a conocer el bien y el mal. |
8 Puso su mirada en sus corazones, para mostrarles la grandeza de sus obras. |
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10 Por eso alabarán su nombre santo, para pregonar las grandezas de sus obras. |
11 Les a adió el saber, y los hizo herederos de la ley que da vida. |
12 Estableció con ellos alianza eterna, y les enseñó sus mandamientos. |
13 Vieron con sus ojos la grandeza de su gloria; sus oídos escucharon su majestuosa voz. |
14 Les dijo: "Guardaos de todo lo injusto". Y les dio preceptos respecto de su prójimo. |
15 Los caminos humanos están siempre ante Él; nada se escapa a sus miradas. |
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19 Tiene todas sus obras presentes como el sol; sus ojos observan siempre sus caminos. |
20 No se le ocultan sus injusticias; todos sus pecados están ante el Señor. |
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22 Guarda como un sello las limosnas del hombre; y su generosidad como la pupila de sus ojos. |
23 Al final se levantará y les retribuirá; les pondrá en la cabeza su recompensa. |
24 A los que se arrepienten les permitió retorno, y confortó a los que habían perdido la esperanza. |
25 Conviértete al Señor y abandona los pecados; ora ante su faz y aminora el obstáculo. |
26 Retorna al Altísimo, abandona la injusticia y detesta de corazón la idolatría. |
27 ¿Quién alabará en el hades al Altísimo en vez de los vivientes que deben darle gracias? |
28 La acción de gracias que profiere un muerto, como ser que no es se disipa; el vivo y el sano alabarán al Señor. |
29 ¡Qué grande es la misericordia del Señor; su perdón para los que vuelven a Él! |
30 No todo puede estar en manos de los hombres, porque el hijo de hombre no es inmortal. |
31 ¿Qué más brillante que el sol? Con todo, se eclipsa. Y carne y sangre meditan el mal. |
32 Dios pasa revista al ejército celeste, mientras polvo y ceniza son todos los hombres. |