Exodo  12 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 51 versitos |
1 Habló Yahvéh a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto y les dijo:
2 Este mes será para vosotros el comienzo de los meses; será para vosotros el primero de los meses del año.
3 Hablad a toda la comunidad de Israel y decidles: El día diez de este mes cada uno tome un cordero por familia, un cordero por casa.
4 Si la familia fuese demasiado reducida para un cordero entero, se asociará con su vecino, el más próximo a su casa, según el número de personas; se calculará el cordero por lo que cada uno pueda comer.
5 Deberéis procuraros un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis de entre las ovejas o de entre las cabras.
6 Lo guardaréis hasta el catorce de este mes, y toda la asamblea de la comunidad de Israel lo inmolará entre dos luces.
7 Tomarán de su sangre y la pondrán en las dos jambas y en el dintel de las casas donde se va a comer.
8 Comerán la carne esa misma noche; la comerán asada al fuego, con ázimos y hierbas amargas.
9 Nada de él comeréis crudo ni cocido en agua, sino asado al fuego, con su cabeza, patas y entrañas.
10 No dejaréis nada de él para la mañana; si quedare algo para la mañana siguiente, lo quemaréis en el fuego.
11 De este modo lo comeréis: tendréis ceñida la cintura, las sandalias en los pies, y el cayado en la mano. Lo comeréis de prisa. Es la pascua de Yahvéh.
12 Esa noche pasaré yo por el país de Egipto y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombres como de animales, y me tomaré la justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, Yahvéh.
13 La sangre será en vuestras casas la señal que distinguirá los lugares donde moráis. Al ver yo la sangre, pasaré de largo, y no habrá entre vosotros plaga de exterminio cuando yo hiera la tierra de Egipto.
14 Este día será memorable para vosotros, y lo solemnizaréis con una fiesta a Yahvéh. Celebraréis esta fiesta como institución perpetua para siempre.
15 Durante siete días comeréis panes ázimos, y desde el primer día haréis desaparecer de vuestras casas la levadura; pues quien, desde el primer día hasta el séptimo, comiere pan fermentado, ese tal será borrado de Israel.
16 El primer día tendrá lugar una asamblea santa, y otra el día séptimo. Ningún trabajo se hará durante estos días, a excepción de preparar lo que cada cual haya de comer.
17 Guardaréis la fiesta de los ázimos, porque en ese mismo día saqué yo vuestras huestes de la tierra de Egipto. Observaréis este día en todas vuestras generaciones como institución perpetua.
18 El primer mes, desde el catorce del mes por la tarde hasta el día veintiuno, también por la tarde, comeréis panes ázimos.
19 Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas, pues todo el que coma pan fermentado, sea extranjero o nativo del país, será borrado de la comunidad de Israel.
20 No comeréis nada fermentado; en todo lugar donde habitéis, comeréis panes ázimos.
21 Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo: Elegid y procuraos cabezas de ganado menor para vuestras familias, e inmolad la pascua.
22 Tomaréis después un manojo de hisopo, lo mojaréis en la sangre, que estará en un recipiente, y tocaréis con él el dintel y las dos jambas, y ninguno de vosotros saldrá de casa hasta la mañana.
23 Cuando Yahvéh pase para herir a los egipcios, y vea la sangre sobre el dintel y sobre las dos jambas, pasará de largo ante aquella puerta y no dejará que el exterminador entre en vuestras casas para herir.
24 Guardaréis estas cosas como institución perpetua para vosotros y vuestros hijos.
25 Cuando hayáis entrado en la tierra que Yahvéh os ha de dar, conforme a su promesa, observaréis este rito.
26 Y cuando vuestros hijos os pregunten: ¿Qué significa para vosotros este rito?,
27 les responderéis: Es el sacrificio de la pascua en honor de Yahvéh, que pasó de largo ante las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando castigó a Egipto y salvó nuestras casas. El pueblo se postró y adoró.
28 Los hijos de Israel fueron e hicieron tal y como había ordenado Yahvéh a Moisés y a Aarón.
29 Al filo de la medianoche, hirió Yahvéh a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde el primogénito del Faraón, que se había de sentar en su trono, hasta el primogénito del preso que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales.
30 El Faraón se levantó aquella noche, y todos sus servidores y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiera un muerto.
31 Y llamando a Moisés y a Aarón todavía de noche, les dijo: Levantaos y salid de en medio de mi pueblo, tanto vosotros como los hijos de Israel; id y dad culto a Yahvéh, como habéis dicho.
32 Tornad también vuestro ganado menor y mayor, como habéis dicho, y partid; y bendecidme también a mí.
33 Los egipcios presionaban al pueblo, apremiándole para que abandonara el país, pues se decían: Vamos a morir todos.
34 El pueblo se llevó consigo la masa antes de que fermentara; envolvieron en sus mantos las artesas y se las echaron al hombro.
35 Los hijos de Israel hicieron lo que les había dicho Moisés: pidieron prestados a los egipcios objetos de plata y de oro y vestidos.
36 Yahvéh hizo que hallaran gracia a los ojos de los egipcios, y éstos accedieron. Y así despojaron a los egipcios.
37 Los hijos de Israel partieron de Ramsés en dirección a Sukkot, en número de unos seiscientos mil hombres, sin contar los niños.
38 Subió también con ellos una abigarrada muchedumbre, y gran cantidad de ganado menor y mayor.
39 Cocieron en forma de tortas ázimas la masa que habían sacado de Egipto, pues la masa no había fermentado todavía; por haber sido expulsados de Egipto, no se pudieron entretener en proveerse para el viaje.
40 La estancia de los hijos de Israel en Egipto fue de cuatrocientos treinta años;
41 y, el mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron del país de Egipto todas las huestes de Yahvéh.
42 Noche de vela fue para Yahvéh aquella en la que les hizo salir del país de Egipto; y esa misma noche será para todos los hijos de Israel, de generación en generación, noche de vela en honor a Yahvéh.
43 Yahvéh dijo a Moisés y a Aarón: Ésta es la ley de la pascua: ningún extranjero la comerá.
44 Podrá comerla todo esclavo comprado con dinero después de que lo hayas circuncidado;
45 pero no podrán comerla ni el extranjero ni el mercenario.
46 Se comerá en una misma casa, y no sacaréis fuera de ella carne alguna, ni quebraréis ninguno de sus huesos.
47 La celebrarán todos los de la comunidad de Israel.
48 Si algún extranjero habita contigo y quiere celebrar la pascua de Yahvéh, deberá circuncidarse todo varón de su casa, y entonces podrá él acercarse a celebrarla, como si fuera natural del país; pero no la comerá ningún incircunciso.
49 La misma ley valdrá para el indígena y para el extranjero que habita en medio de vosotros.
50 Así lo hicieron los hijos de Israel; tal y como Yahvéh lo había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.
51 Y aquel mismo día sacó Yahvéh a los hijos de Israel del país de Egipto con sus huestes.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas