Levítico 13 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 59 versitos |
1 Habló Yahvéh a Moisés y a Aarón, diciéndoles:
2 Cuando uno tenga en la piel de su carne un tumor, pústula o mancha que presente síntomas de llaga de lepra, será conducido al sacerdote Aarón o a alguno de sus hijos, los sacerdotes.
3 El sacerdote examinará la llaga de la piel; si el pelo de la llaga se ha vuelto blanco y la llaga parece más hundida que la piel de la carne, es llaga de lepra. El sacerdote, una vez reconocido el enfermo, lo declarará impuro.
4 Mas si en la piel de la carne hubiese una mancha blanca que no aparece más hundida que la piel, y el pelo de la llaga no se ha vuelto blanco, el sacerdote recluirá al enfermo durante siete días.
5 Al séptimo, el sacerdote lo examinará; y si la llaga, a su parecer, se mantiene igual y no se ha extendido sobre la piel, le recluirá por segunda vez otros siete días.
6 Al séptimo día, lo examinará de nuevo, y si comprueba que la llaga ha tomado un color pálido y no se ha extendido por la piel, el sacerdote le declarará puro; es una erupción. Lavará sus vestidos y quedará puro.
7 Pero, si después de haber sido examinada por el sacerdote para su purificación, la erupción ha seguido extendiéndose por la piel, se presentará al sacerdote por segunda vez.
8 Éste examinará la erupción, y si ésta se ha extendido por la piel le declarará impuro; es lepra.
9 Cuando la llaga de la lepra aparezca en un hombre, será llevado al sacerdote.
10 El sacerdote lo examinará; si viere en la piel un tumor blanquecino, y que se vuelve blanco el pelo que hay en él, y que en el tumor aparece carne viva,
11 se trata de lepra inveterada en la piel de su carne. Entonces el sacerdote le declarará impuro; pero no lo recluirá, pues es impuro.
12 Si la lepra se extiende por la piel de modo que cubra toda la piel del enfermo desde la cabeza a los pies, adondequiera que mire el sacerdote,
13 éste lo examinará; y si ve que la lepra había invadido todo su cuerpo, declarará que la llaga es pura, pues toda ella se ha vuelto blanca; el enfermo es puro.
14 Pero cuando en ella aparezca carne viva, será impuro;
15 y cuando el sacerdote vea la carne viva, lo declarará impuro, pues la carne viva es impura. Es lepra.
16 Si la carne viva empieza a ponerse blanca, se presentará al sacerdote,
17 el cual, al comprobar que la llaga se ha vuelto blanca, declarará que la llaga es pura; el enfermo es puro.
18 Si uno ha tenido una úlcera en su piel, y ha sanado,
19 pero en su lugar se ha formado un tumor blanco o una mancha de color blanco rojizo, se presentará al sacerdote.
20 Éste le examinará; y si encuentra la llaga más hundida que la piel, y que su pelo se ha vuelto blanco, le declarará impuro, pues se trata de una llaga de lepra que se ha declarado en la úlcera.
21 Pero si el sacerdote la examina y no ve en ella pelo blanco, ni que está más hundida que la piel sino que ha tomado un color más pálido, le encerrará siete días.
22 Si de hecho la llaga se propaga por la piel, lo declarará impuro. Es lepra.
23 Pero si la mancha se mantiene igual y no se extiende, es la cicatriz de la úlcera, y el sacerdote le declarará puro.
24 Asimismo, cuando uno ha tenido una quemadura producida en su piel por el fuego, y sobre la quemadura se forma una mancha de color blanco rojizo o blanco,
25 el sacerdote la examinará; y si el pelo de la mancha se ha tornado blanco, y si la mancha aparece más hundida que la piel, es lepra que ha brotado en el lugar de la quemadura. El sacerdote le declarará impuro. Se trata de llaga de lepra.
26 Pero si el sacerdote, examinando la mancha ve que el pelo de la mancha no se ha vuelto blanco y que ésta no aparece más hundida que la piel, sino que ha tomado color pálido, el sacerdote le recluirá durante siete días.
27 Al séptimo, el sacerdote le examinará de nuevo; y si la llaga se ha extendido sobre la piel, le declarará impuro, porque es una llaga leprosa.
28 Pero si se mantiene igual y no se ha propagado sobre la piel, y además ha perdido color, se trata de la señal de la quemadura. El sacerdote lo declarará puro, porque es la cicatriz de la quemadura.
29 Si un hombre o una mujer tuviere una llaga en la cabeza o en la barbilla,
30 el sacerdote la examinará; y si aparece más hundida que la piel, y el pelo que hay en ella se ha vuelto amarillento y fino, declarará impuro al enfermo, pues es tiña, lepra de la cabeza o de la barbilla.
31 Pero si el sacerdote examina la llaga de tiña y ve que no está más hundida que la piel y que el pelo no se ha vuelto amarillento, aislará al paciente por siete días.
32 En el séptimo, el sacerdote examinará la llaga, y si la llaga de tiña no se ha extendido ni está más hundida que el resto de la piel ni hay en ella pelo amarillento,
33 aliará que el enfermo se afeite, pero no la parte afectada de la tiña, y lo aislará segunda vez por otros siete días.
34 El sacerdote examinará la tiña el día séptimo; y si la tiña no se ha propagado por la piel ni está más hundida que el resto de la piel, lo declarará puro, le ordenará que se lave los vestidos, y lo declarará puro.
35 Pero si después de esta purificación, la tiña se propaga por la piel,
36 el sacerdote examinará al enfermo, y si efectivamente la tiña se ha extendido por la piel, no se detendrá en observar si el pelo se ha vuelto amarillento; es impuro.
37 Pero si ve que la tiña no se ha extendido y que sobre ella ha salido pelo negro, la tiña está curada. Es puro, y el sacerdote le declarará puro.
38 Cuando un hombre o una mujer tengan en la piel de su cuerpo manchas de color blanco,
39 el sacerdote los examinará; y si ve en la piel de su cuerpo manchas de color pálido, es urticaria que ha brotado en la piel; es puro.
40 Si a un hombre se le cae el pelo de la coronilla, es calvo por atrás; es puro.
41 Y si se le cae el pelo por la parte de la frente, es de frente calva; y es puro también.
42 Pero si en la calva de la coronilla o de la frente apareciese una llaga de color blanco rojizo, se trata de lepra que brota en su calva de la coronilla o de la frente.
43 El sacerdote lo examinará; y si el tumor de la llaga de la parte calva es de color blanco rojizo, de aspecto parecido al de la lepra de la piel de la carne,
44 es un leproso. Es impuro, y así le declarará el sacerdote. En su cabeza tiene lepra.
45 El enfermo atacado de lepra llevará los vestidos desgarrados, dejará crecer sus cabellos sin cubrir su cabeza, se tapará las barbas e irá gritando: ¡Impuro, impuro!
46 Y será impuro todo el tiempo en que haya llaga en él. Es impuro y vivirá aislado; fuera del campamento tendrá su morada.
47 Si aparece mancha de lepra en un vestido, sea de lana, sea de lino,
48 en un tejido o en la trama de lino o de lana; en una piel o en cualquier objeto de cuero,
49 si la mancha es de color verdoso o rojizo, tanto en el paño como en el cuerpo, en el tejido o en la trama, o en cualquier objeto de cuero, es mancha de lepra, y deberá ser mostrada al sacerdote.
50 Éste la examinará, y apartará el objeto por siete días.
51 Al séptimo día examinará nuevamente la mancha; y si ve que se ha extendido en el vestido, en el tejido o en la trama, en la piel o en cualquier objeto de cuero, es lepra que corroe. Es impuro.
52 Se quemará el vestido, el tejido o la trama, sea de lana o de lino, o cualquiera que sea el objeto de cuero en que se halló la mancha, porque es lepra corrosiva; se quemará en el fuego.
53 Si el sacerdote nota que no se ha propagado la mancha en el vestido, en el tejido o en la trama, o en el objeto de cuero,
54 mandará lavar aquello en lo que apareció la mancha y lo guardará por segunda vez otros siete días.
55 Después de lavado el objeto, el sacerdote examinará la mancha; y si ésta no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya propagado, el objeto es inmundo. Y se quemará en el fuego, pues padece infección corrosiva en su anverso y en su reverso.
56 Si el sacerdote ve que la mancha, después de haber sido lavada, ha tomado un color pálido, la arrancará del vestido o del cuero, del tejido o de la trama.
57 Si sigue todavía visible en el vestido, sea en el tejido o en la trama, sea en el objeto de cuero, es señal de que está contagiado. Entonces quemarás en el fuego aquello en que aparece la mancha.
58 Pero el vestido, tejido o trama, o cualquier objeto de cuero, que hayas lavado, y del que haya desaparecido la mancha, se lavará por segunda vez, y será puro.
59 Ésta es la ley referente a la mancha de lepra en vestidos de lana o de lino, en el tejido o en la trama, o en cualquier objeto de cuero, para declararlos puros o impuros.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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